Presentamos cómo fue la experiencia de Juan Carlos Montenegro, Coordinador de la Pastoral Juvenil de SUO:
En estos días, en Tijuana, hemos palpado la realidad de muchas personas que viven sin hogar, como es el caso de los inmigrantes deportados de los Estados Unidos y los que llegan de Centroamérica dispuestos a solicitar asilo.
Estaba parado afuera del campo donde estaban estacionados muchos centroamericanos, y no pude evitar sentirme impotente. No había nada que pudiera hacer para ayudarlos. Delante de mi vista vi familias buscando una vida mejor que la que tenían en su país. Filas interminables de jóvenes y ancianos esperando comida. Se han instalado más de 100 carpas pequeñas, donde nuestros hermanos y hermanas pasan su tiempo esperando la oportunidad de obtener una cita en la oficina de inmigración de los EE. UU.
Los mexicanos están haciendo todo lo posible para ayudarlos. Han establecido oficinas móviles para ayudarles a obtener el estado de migrantes y proporcionarles empleos pasajeros y para que puedan hacer algún trabajo mientras esperan su cita en las oficinas administrativas de los EE. UU.
Mientras tanto, los salesianos que animan el refectorio "Padre Chava" proveen comida gratis, asistencia médica, llamadas telefónicas en su país, corte de barba y cabello y ropa limpia para los necesitados. El centro también está en contacto con los gobiernos de México y EE. UU. para cualquier tipo de asistencia que puedan ofrecerles en este momento difícil. Se tiene abierto el Oratorio salesiano, un lugar donde los inmigrantes pueden encontrar trabajo.
Ahora, la pregunta que tengo en mente y en mi corazón es: ¿qué puedo hacer para ayudar a mis hermanos y hermanas necesitados? ¿Cómo puedo ayudar a cambiar esta situación y esta sociedad? Y tú, ¿eres consciente de lo afortunado que eres y bendecido?
Fuente: InTouch - SUO
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