Swazilandia tiene como forma de gobierno la monarquía absolutista. La religión tiene al Cristianismo protestante en un 35%, a la Iglesia Africana de Zion en un 30%, y en un 25% a los católicos. Los problemas de este pequeño país son inmensos: el 70 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza. Un tercio de sus ciudadanos infectados con el VIH.
Como consecuencia de toda esta situación lacerante, las niñas son las que más sufren: abandono escolar y prostitución. Los misioneros salesianos cuentan con varias casas de acogida para atender las necesidades de las jóvenes. Se les ofrece educación y una oportunidad para un futuro mejor. La casa de acogida de Zekhele atiende 14 chicas de entre 8 y 21 años y se hace necesario realizar mejoras para favorecer el desarrollo de las jóvenes.
La casa consta de un gran dormitorio para las 14 chicas, lo que hace, entre otras cosas, que las chicas mayores no puedan concentrarse en sus estudios. Tampoco tienen un lugar definido dónde poder dejar sus pertenencias. Además, la casa tiene goteras y el suelo está irregular y con grandes agujeros.
Los misioneros salesianos desean continuar construyendo un espacio de vida más humano. Los proyectos se abren paso por doquier, pero las ayudas se reducen. Necesitan espacios para el estudio, para las actividades grupales, los techos están malogrados, los pisos muy desgastados. En el año de la Misericordia es bueno hacer eco del mensaje del Papa Francisco: “No existe una Iglesia sin la caridad, hay que ayudar a los pobres, la persona humana está en peligro”.