Oscar hoy tiene once años y desde hace más de un año acude a la “Casa Don Bosco” de Ambato donde estudia, recibe alimentación, tiene clases de refuerzo, puede practicar deporte y encuentra personas que se ocupan de su bienestar.
Óscar es uno de los 90 niños y jóvenes que los Salesianos atienden en la Granja Don Bosco de Ambato y en el proyecto “Mi Caleta” en Quito y que necesita apoyo para continuar con su trabajo de acogida, apoyo y educación de los niños de la calle.
Los niños que entran en el proyecto son como Óscar, niños que vienen de familias con muy bajos recursos, niños que trabajan, con problemas de nutrición… y con graves dificultades familiares. “Mis padres son de Colombia y llegamos a Ecuador en 2007 huyendo del conflicto armado en la frontera. Mi madre estaba embarazada de mí y vio cómo asesinaban a mis dos hermanos, que yo nunca conocí. Debido al impacto, yo también casi muero, pero sobreviví. Ella, en cambio, tiene graves secuelas y no puede trabajar. Mi padre es el único que traía dinero a casa”, cuenta Óscar.
Tanto la Granja Don Bosco de Ambato como el proyecto ‘Mi Caleta’ en Quito, como el conjunto del proyecto “Chicos de la Calle” de la Fundación Proyecto Salesiano de Ecuador, tratan de mejorar la calidad de vida de los niños de la calle y buscan que tengan unas condiciones dignas de vivienda, con instalaciones adecuadas y seguras. Que reciban una nutrición completa y adecuada, que las condiciones de salubridad sean óptimas, que reciban seguimiento psicológico personal, familiar y escolar, que se asegure su educación y/o formación profesional.
En Ecuador, los misioneros salesianos atienden a más de 1.200 niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad en siete ciudades del país: Quito, Guayaquil, Esmeraldas, San Lorenzo, Santo Domingo y Ambato.
Óscar hoy ha recuperado su infancia y es lo que queremos para los miles de niños y niñas de la calle del país.