A las 9 horas el Rector Mayor fue recibido por el Presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, en la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes. El décimo Sucesor de Don Bosco llegó acompañado por el P. Bauer, Inspector, y el P. Marcelo Fontona, SDB.
En su encuentro, el Presidente Vázquez y el Rector Mayor compartieron sus miradas sobre temas de coyuntura mundial destacando la incidencia de algunas personalidades, entre ellas el Papa Francisco. El Primer Mandatario se manifestó heredero de los valores del oratorio salesiano. Resaltando su condición de socialista destacó el desafío en el ejercicio de gobierno de articular la igualdad y la libertad.
El Presidente Vázquez compartió, asimismo, con el Rector Mayor algunas anécdotas relativas a su experiencia participando como joven en el Oratorio de los Salesianos en La Teja. En el ameno departir descubrieron una coincidencia: al visitar el Presidente el pueblo de sus abuelos, Orense, se encontró con que al costado del puente de la entrada principal había una imagen de María Auxiliadora. Se sorprendieron cuando el Padre Ángel comentó que él fue director de la casa donde se encontraba la referida imagen.
El Padre Ángel, por su parte, (quien ha visitado hasta el momento 77 países por su servicio) destacó la belleza y funcionalidad del Aeropuerto y sus instalaciones señalando lo atinado de los premios recibidos. También le agradeció al Presidente la cordialidad del encuentro y el rico intercambio.
SEGUIR HACIENDO COMUNIÓN E IGLESIA
Luego de la reunión del Rector Mayor con el Padre Inspector y los Consejeros, llegaron a la Casa Inspectorial varios obispos de distintos puntos del país invitados a compartir el almuerzo: Mons. Carlos Collazzi sdb. Obispo de Mercedes y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay; Mons. Martín Pérez Scremini, Obispo de Florida; Mons. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones; Mons. Heriberto Bodeant, Obispo de Melo; Mons. Raúl Scarrone, Obispo emérito de Florida y Mons. Nicolás Cotugno sdb, Arzobispo emérito de Montevideo. Asimismo, asistió el Nuncio Apostólico en Uruguay, Mons. George Panikulam y el Secretario de la Nunciatura, Mons. Rodrigo Bilbao.
El Rector Mayor agradeció a los obispos por el gesto muy delicado de su presencia y por estar cercanos a sus hermanos salesianos. “Quiero pensar que ellos están cercanos a ustedes y que seguimos construyendo la única Iglesia”, les dijo.
En su breve alocución, recordó que “Don Bosco mandó a más de 2.800 muchachos a las diversas diócesis de Italia que salieron del oratorio de Valdocco y un grupo se quedó con él. Cuando Don Bosco murió en 1888, los Salesianos éramos 754, y de ellos, más del 20%, 154, estaban ya en América Latina, especialmente en Uruguay, Argentina y la expansión en Brasil y Asia del Norte”.
El Padre Fernández Artime invitó a los obispos a su casa en Roma. “Siempre son muy bien recibidos. Saben que cuentan con nosotros para seguir haciendo comunión e Iglesia”, les recalcó.
Aclaró que la invitación es extensiva a la comunidad de Valdocco donde - comentó- se está haciendo “un camino muy hermoso para que allí se dé la acogida y sea un camino de peregrinación espiritual y de celebración de la fe”. “El sueño último que tenemos […] es remodelar lo que era el Palacio Pinardi, donde Don Bosco vivió, donde murió Mamá Margarita y donde vivió Domingo Savio con sus muchachos”, reveló. “Queremos remodelar todo eso para que sea el antiguo edificio que presente la Misión Salesiana en la Iglesia y en el mundo”, subrayó. “Será un lugar de encuentro porque son cientos de miles de personas que cada año pasan por Valdocco. Queremos hacer sea un lugar muy hermoso al servicio de la Iglesia y también en comunión con el carisma salesiano”, manifestó.
VISITA A CASA DE SALUD MADRE PROMIS
En la tarde, el Rector Mayor y sus acompañantes, el P. Horacio López, y el Consejero Regional para América Cono Sur, P. Natale Vitale sdb, junto al Padre Inspector y otros Salesianos, se trasladaron a la ciudad de Las Piedras (a 20 km de Montevideo), en el Departamento de Canelones, donde visitaron la casa de salud “Madre Promis” de las Hijas de María Auxiliadora.
Allí fueron recibidos por la Superiora, Hna. Laura Guisado, y unas 14 hermanas que se encuentran residiendo en el lugar.
En un ameno departir, el Sucesor de Don Bosco destacó que “las Hijas de María Auxiliadora tienen una sensibilidad muy grande en cuanto al cariño y la comunión que manifiestan al Rector Mayor como Padre de la Familia Salesiana”. “Es muy lindo y es una sensibilidad que no solo no se ha perdido en el tiempo, sino que se sigue cuidando mucho institucionalmente”, señaló.
El Padre Fernández Artime les dijo que luego de trabajar y dar la vida es muy importante “aprender a envejecer” y las invitó a vivir con “gozo” estos años de vida.
EL SUEÑO SIGUE ACTIVO 100 AÑOS DESPUÉS
Luego de tomar la merienda con las hermanas, el Sucesor de Don Bosco se dirigió a otro punto de la ciudad de Las Piedras, donde se encuentra la Casa del Proyecto Minga. Se trata de una propuesta socio educativo integral de atención a adolescentes y jóvenes de 14 a 18 años de edad, en situación de falta de oportunidades para su inclusión social y cultural.
Allí fue recibido por los jóvenes y educadores del Proyecto. Al compartir el trabajo desarrollado por unos y otros, el Rector Mayor destacó la importancia de la propuesta de la Obra Social no se plantee desde lo que se sabe hacer sino desde las necesidades actuales de la gente de la zona. Señaló que desde esa perspectiva, es posible que el sueño de Don Bosco siga activo 100 años después.
Seguidamente, el Rector Mayor y los Salesianos que lo acompañaban se trasladaron unas pocas cuadras para participar del Acto de Reconocimiento del proyecto Minga a la sociedad pedrense, que tuvo lugar en la Sala Auditorio "Batalla de Las Piedras”.
Al inicio del acto, se entregó al Alcalde de la ciudad, Gustavo González, una placa conmemorativa como regalo de los Salesianos en la figura del Proyecto Minga a la ciudad.
Luego de las palabras de agradecimiento y ánimo del Alcalde comenzaron las presentaciones artísticas en las que participaron algunos reconocidos artistas así como los propios jóvenes del Proyecto Minga, quienes demostraron sus habilidades aprendidas en el taller de música. Con recipientes de plástico y viejas máquinas de escribir que oficiaron de instrumentos, ofrecieron un espectáculo que fue el deleite de los presentes.
Posteriormente, al hacer uso de la palabra, el Rector Mayor dio gracias de “corazón y en nombre de Don Bosco” y elogió tanto talento. Admitió sentirse profundamente emocionado y conmovido. “Sentía que Don Bosco hoy aquí estaría `re chocho´, feliz, porque en el fondo diría `esto es lo mismo que yo hice allí al modo de Italia y aquí sería al modo `uruguayano´ o `pedrense´”, aseveró.
“Don Bosco nos decía que en el corazón de cada muchacho, por difícil que sea, se encuentran semillas de bondad. Lo que acabamos de ver es ese misterio que hay en el corazón humano, que cuando un muchachito, una muchacha, un joven, se siente querido, cambia todo”, enfatizó.
Luego, dirigiéndose al Alcalde le expresó su agradecimiento porque más allá de los proyectos, las miradas, los diseños políticos y sociales “tenemos algo que nos une, y son ellos”. Poder hacer algo “por los que están y por los que vengan, me parece lo más serio, y yo diría incluso, sagrado, que podemos hacer”, afirmó.
También agradeció, en nombre de los Salesianos, a los educadores y voluntarios “porque hacemos camino juntos. Eso también es muy hermoso, porque juntos llegamos a mucho más”.
“Cuando yo veía a estos jóvenes lograr un fuerte ritmo y bien tocado, es lo mismo de cuando Don Bosco encuentra Bartolomé Garelli y le dice, `¿qué sabes hacer? ¿Sabes leer? ¿Sabes escribir?” Todo era no, hasta que le dice, `¿sabes silbar?,´ y aquel muchacho sacó una sonrisa porque le tocó el punto en que era un maestro: sabía silbar”, manifestó. Con estos jóvenes “conseguimos el `sabes silbar´, algo en lo que son buenísimos… Créanme que es muy importante sentir que es algo nuestro, que es algo de ustedes”, expresó.
“No me cabe duda de que Don Bosco estaría feliz y yo, humildemente y pobremente, en su nombre les digo, muchas, muchas gracias, y todas las bendiciones de parte del buen Dios”, concluyó el Rector Mayor.