El misionero salesiano italiano P. Roberto Cappelletti trata de proteger, con la ayuda ocasional de algunos voluntarios italianos y en colaboración con algunas Hijas de María Auxiliadora, la infancia de muchos niños. Los niños son los hijos de las madres que son menores de edad, o de aquellas que han sido apartadas de sus hogares porque se han visto descubiertas embarazadas. Relegadas a los márgenes de la sociedad, se ven obligadas a desempeñar el papel de madres sin tener las herramientas, muchas veces solas y sin la ayuda de sus familias de origen.
El abandono y la soledad representan el paisaje cotidiano de los hijos de los que se ocupa el misionero salesiano. Les ofrece la comida, un apoyo en el estudio, le da un momento de juego y de lectura, asistencia sanitaria y, a menudo, también la hospitalidad nocturna; porque muchas de ellas no saben dónde vivir.
El trabajo de construcción de una casa familiar donde acomodarlas ya comenzó. Pensando en todas las necesidades de este lugar, el P. Cappelletti ha planeado construir 50 hamacas. De hecho, en el corazón de la selva amazónica no se utilizan camas sino hamacas, que aparte de que son parte del patrimonio cultural local, es la solución más práctica para descansar.
El proyecto del P. Cappelletti ha sido acogido por muchas personas generosas. “Missioni Don Bosco” de Turín se sumó a la propuesta y pidió correr con la "Rete del Dono" que es una maratón que se realiza el 18 de marzo y es promovida por Santander en el Parque Valentino. Los 24 maratonistas entre profesionales y aficionados, correrán para dar a conocer y aportar su contribución económica al proyecto: “50 hamacas para 50 pequeños indios” del P. Cappelletti: todos "orgullosos de correr por Don Bosco”, como escribió uno de los corredores en colaboración con los Salesianos.
Actualmente, se han recaudado fondos para 40 de las 50 hamacas necesarias, mientras que “Missioni Don Bosco” sigue alentando a sus benefactores para que completen el proyecto.
La protección de las minorías, de los grupos étnicos más aislados, comienza con la protección de los más pequeños.
Fuente: Rete del Dono, Missioni Don Bosco