“Estoy feliz. Ya sé leer, escribir, hacer sumas y restas… En el mercado ya no me engañan”, dice Moupke. Tiene 43 años y siete hijos y ha estado yendo a los cursos de alfabetización para mujeres del Centro Don Bosco de Kara (Togo). “Muchos hombres piensan que las mujeres no tenemos demasiado que aportar… Sólo quieren que la cena esté lista cuando ellos vuelven a casa”, añade.
La participación de la mujer es fundamental en el desarrollo de los pueblos y en la lucha contra la pobreza. Desde la Congregación Salesiana, las Instituciones Salesianas queremos reivindicar, en el Día Internacional de la Mujer, la importancia de las mujeres como agentes de desarrollo en sus comunidades y como columna vertebral de las familias.
Desde todas las organizaciones e instituciones Salesianas apostamos por superar las estructuras que crean desigualdad, protegemos y garantizamos los derechos de las mujeres y niñas para que sean iguales a los de los hombres. Y para ello creemos que la educación es fundamental. Una niña que acude a la escuela no se casará a temprana edad y ni tendrá hijos cuando todavía es una niña, mejorará la higiene y la alimentación familiar, querrá que sus hijos vayan a la escuela, participará en la toma de decisiones y conocerá sus derechos y obligaciones como ciudadana.
El futuro al que aspiramos es un futuro donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades. “Nuestro sueño es que en el menor plazo posible tengamos sociedades donde la igualdad sea la normalidad y la base para el desarrollo de cualquier pueblo”, explica Jesús Corujo.
“El mundo no se puede permitir excluir al 50% de su población. Las mujeres y las niñas deben tener su espacio y la comunidad internacional tiene que escuchar sus peticiones”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesiana.
El apoyo a miles de mujeres y niñas a través de proyectos de acogida para las más vulnerables, de alfabetización, de educación, maternidades, actividades y charlas para que conozcan sus derechos, formación de lideresas locales… son algunas de las acciones que los Salesianos llevan a cabo en más de 130 países. La educación de niñas y mujeres es clave para favorecer su autonomía y para que tengan voz propia.