Con una numerosa participación de los hermanos provenientes de la comunidad salesiana de la ciudad de Roma y de las casas e formación, con los representantes y miembros de la Familia Salesiana y en particular con más de 100 peregrinos provenientes de Eslovaquia, se ha querido agradecer al Señor por el gran don del testimonio de vida consagrada, sacerdotal y martirial de Don Zeman.
Significativo es el hecho que fue propiamente en la Basílica del Sacro Cuore que el 7 de marzo de 1938 el joven Titus Zeman emitiese la profesión perpetua, en las manos del Padre Inspector, Don Evaristo Francisco Marcoaldi, demostrando una donación total que sellará con la sangre del martirio.
La solemne Eucaristía, presidida por el Rector Mayor, Don Ángel Fernández Artime, acompañado por los Padres Inspectores de las Circunscripciones Italiana Central, Don Leonardo Mancini, y de Eslovaquia, Don José Izold, del Postulador General, Don Pierlugi Cameroni e del Vice-postulador, Don José Slivon , evidenció la cualidad eclesial y salesiana de la beatificación de Don Zeman, y su mensaje de mártir por las vocaciones.
En la homilía, Don Artime, luego de recordar su presencia en Bratislava como un fuerte don del Espíritu Santo, subrayó que uno de los mensajes que Don Zeman nos ofrece hoy es aquel de «creer en el amor de Dios también en la hora de la prueba, del dolor, de la incomprensión; de saber vivir en el martirio escondido haciendo bien y con amor nuestros deberes cotidianos». En fin, el Rector Mayor destacó el testimonio del nuevo beato de gran actualidad para prepararnos a la celebración del próximo sínodo dedicado al tema: «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional».