Un evento de la Iglesia y de la Familia Salesiana, que contó con la participación de 25.000 fieles, 25 arzobispos y obispos, unos 500 sacerdotes, 200 seminaristas. Con la presencia y la presidencia del cardenal Amato, estaban como concelebrantes: el Arzobispo de Bratislava, Mons. Stanislav Zvolenský, el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, el cardenal eslovaco Jozef Tomko y el Nuncio Apostólico, Mons. Giacomo Ottonello. Estuvieron presentes las hermanas del nuevo beato y varios parientes.
Un momento de particular intensidad fue durante el rito de beatificación. Después de la solicitud oficial del arzobispo de Bratislava, acompañado por el Postulador General, P. Pierluigi Cameroni SDB, y el Vice-Postulador P. Jozef Slivon, SDB; el cardenal Amato leyó la Carta Apostólica con la que se establece que el P. Titus Zeman se cuente dentro del número de los beatos y que su fiesta se celebre el 8 de enero,”dies natalis”.
El domingo 1° de octubre, la comunidad de Vajnory agradeció la beatificación del P. Zeman. Vajnory es el distrito de Bratislava donde el P. Titus nació el 4 de enero de 1915, fue bautizado y confirmado, y es el lugar donde celebró su primera Misa. El 8 de enero de 1969 termina su vida terrena.
En la solemne Santa Misa presidida por Mons. Zvolenský, el Rector Mayor predicó la homilía y destacó la relevancia del testimonio del P. Zeman, refiriéndose también a la preparación y a la próxima celebración sinodal dedicada al tema: la juventud, la fe y el discernimiento vocacional. Por la tarde, la reliquia del nuevo Beato fue colocada en un altar lateral de la iglesia Parroquial de Vajnory.
Tras el rezo del Ángelus, el domingo 1 de octubre en la Plaza Mayor de Boloña, Italia, donde se encontraba de visita apostólica, el Papa Francisco dio las gracias por la beatificación del mártir Titus Zeman: “Ayer en Bratislava, Eslovaquia, fue beatificado Titus Zeman, sacerdote salesiano. Se une así a una larga lista de mártires del siglo XX, porque murió en 1969 después de haber estado durante largo tiempo en la cárcel debido a su fe y su servicio pastoral… Que su testimonio nos sostenga en los momentos más difíciles de la vida y nos ayude a reconocer, también en la prueba, la presencia del Señor”.