Por: Ambrose Pereira SDB
El Capitán Dinh Van Tam fue el último de los pescadores vietnamitas en salir de la prisión. Había caído en una profunda depresión, estaba muy débil, tanto es así que había sido trasladado al Hospital General de Alotau para que recibiese oxígeno. “Pensamos que iba a morir - dice Mons Rolando Santos, CM, obispo de Alotau-Sidea -. En ese momento la Hna. Salesiana Trinh Vu Phuong estaba en Filipinas. Afortunadamente, volvió a Alotau a tiempo para ayudar al Capitán del barco. Ella sirvió no sólo como intérprete sino también como enfermera, era la que preparaba las comidas y ofreciéndole al mismo capitán”.
Con el apoyo del personal médico y después de algunas negociaciones con la Oficina de Inmigración en Port Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea - y con mucha oración – la religiosa Sor Trinh Vu Phuong finalmente consiguió el retorno del Capitán Dinh Van Tam, y antes de partir de regreso se reunió con Mons. Santos, recibió la bendición y una medalla milagrosa y prometió de regreso a su país, ser bautizado.
El viernes 28 de julio el Capitán Dinh Van Tam consiguió finalmente subirse a un avión con rumbo a Vietnam, para reunirse con su familia que lo esperaba con gran expectación.
“La caridad no siempre es fácil, pero con la confianza en la Providencia y con la ayuda de María, nada es imposible. La situación de los 130 pescadores ha sido complicada, pero estoy agradecido y feliz de que regresen a sus casas. La hermana Sor Mª Theresa Trinh Vu Phuong, una vez más, nos ha dado el ejemplo de fuerza y de amor que siempre debemos tener para aquellos que son débiles y necesitados de nuestra ayuda “, dijo profundamente agradecido, Mons. Santos.