El nuevo edificio sagrado se caracteriza por revestimiento original y una arquitectura interior luminosa y moderna. Es una Iglesia ansiada por la comunidad durante más de 27 años, y está situada en el distrito más poblado de la ciudad. Para la ceremonia estuvo presente el Sr. Tommaso Corvatta Alcalde de la ciudad, el Sr. Antonio Pettinari Presidente de la Provincia de Macerata, el P. Leonardo Mancini Superior de la Circunscripción del centro de Italia Especial (ICC), y diversas autoridades locales, y muchos fieles.
En la homilía el Obispo hizo hincapié en la estrecha relación entre la iglesia como un edificio, en la comunidad de fieles y en el apostolado de la caridad. “Esta iglesia es un organismo vivo, esta iglesia tiene un espíritu. Es una iglesia de ladrillo, pero recogen las piedras vivas que somos nosotros los fieles. (...). Las palabras de los hombres nos dividen, por ello hay la necesidad de oír la Palabra de Dios. Civitanova es como una Galilea de los gentiles, es una ciudad llena de extranjeros. He visto el progreso de esta ciudad cuando se atiende a los pobres, he visto cada vez mayor caridad, pero no lo suficiente. El único extremismo concedido es el fundamentalismo de la caridad”.
Después de la celebración de la Santa Misa tomó la palabra el Superior P. Mancini y el P. Don Giovanni Molinari SDB, párroco.
La iglesia, que continuará con el trabajo de los acabados, se encuentra en un área construida sobre un espacio donada por una familia en memoria del hijo Maurilio Murri, oratoriano, quien murió en 1970 a los 19 años. La iglesia puede albergar a 410 personas sentadas, a ello se añaden 60 asientos en la parte del coro, dispuestas en los escalones.
Es una Parroquia que no faltan los elementos artísticos de una iglesia, tales como la pila bautismal que será una roca que emerge de una piscina rectangular; vidrieras inspiradas en momentos teológicas; la puerta y el crucifijo de bronce.
Fuente: Cronache Maceratesi
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