Por: P. Fedele Giraudi, SDB
El mes de marzo de 1853 Don Bosco inicia a escribir e imprimir las Lecturas Católicas y en 1854 imprime un calendario para los abonados y los lectores. En este calendario llamado “Galantuomo” del año 1860 escribe por primera vez el día 24 de mayo: “Beata Virgen Auxiliadora”. Y el año 1861 el santo escribe: “Santísima Virgen con el título bien merecido de: Auxiliadora de los Cristianos”, presintiendo de esta manera una fecha litúrgica memorable.
Esta indicación puesta en un almanaque, revela claramente que en la mente y en el corazón de Don Bosco maduraba el diseño de promover el culto de la Virgen María con el título de “Auxiliadora de los Cristianos”.
La Virgen comenzaba a estar presente en sus sueños. La noche del 30 de mayo de 1862 Don Bosco narraba a sus jóvenes el sueño de las dos columnas en medio del mar. Él manifestaba que había visto en una de las columnas la estatua de la Virgen Inmaculada, pero a los pies estaba un cartel que decía: Auxilium Christianorum.
Pocos meses después, la noche del mes de diciembre de 1862, al clérigo Pablo Albera, le dice: “Nuestra Iglesia de San Francisco de Sales es muy pequeña y no puede albergar más jóvenes. Construiremos una que sea grandiosa y más bellay le pondremos el título Iglesia de María Auxiliadora”.
Este deseo fue manifestado al mismo Juan Cagliero, que después fue cardenal. “Recuerdo que Don Bosco me dijo que meditaba la construcción de una grandiosa Iglesia digna para la Virgen Santísima”.
Añade Cagliero - “Hasta ahora, decía Don Bosco, nosotros hemos celebrado con solemnidad y pompa la fiesta de la Inmaculada, porque el 8 de diciembre se dio inicio a nuestra primera obra. Pero la Virgen quiere que la honremos con el título de Maria Auxiliadora, los tiempos que corren son tristes, y tenemos necesidad que la Virgen nos ayude a conserva y a defender la fe cristiana. Y tu sabes otras razones – Juan Cagliero le responde a Don Bosco – Creo que será la Iglesia Madre de nuestra futura congregación, será el centro del cual brotará todas nuestras obras en favor de la juventud – Concluye Don Bosco – Has adivinado. La Virgen es la fundadora y la protectora de nuestra obra en favor de la juventud”.