En la carta el Rector Mayor bosqueja las biografías de los dos Salesianos Venerables: “la vida del Padre Convertini está llena de expresiones heroicas unidas a su caridad, a sus penitencias y a su fascinación como hombre de Dios que lleva el agua de Jesús que salva. Fueron miles los Bautizos que administró. Se deshacía de todo para darlo a los pobres: también su ropa, sus zapatos, su cama, su alimento. Dormía siempre en el suelo. Pobre hasta lo inverosímil. Hay un conjunto de episodios abundantes, enriquecidos por dones sobrenaturales, que le procuraron fama de santidad aun en su vida. Perteneció a todos sin distinción de religión, de casta o de condición social. Todos le quisieron. El Padre Francisco Convertini es sin duda un modelo de vida salesiana misionera”.
Del Padre Vandor el Rector Mayor escribe que: “Él, que era húngaro, se mostró capaz de comprender al pueblo cubano, haciendo propias sus esperanzas, sus temores y sus expectativas. Fue mensajero de verdad y esperanza y operador de paz… Se reveló como un verdadero párroco con un corazón de Buen Pastor, con el estilo del sistema preventivo de San Juan Bosco”.
En este año en el que por medio del aguinaldo invito a una atención educativa y pastoral especial a la familia, “me agrada recordar que el Padre Convertini procedía de una historia familiar marcada por lutos y pruebas. El Padre Vandor, nacido y crecido en una familia cristiana y laboriosa, tuvo siempre una especial atención para las familias sobre todo en los años en los que fue párroco en Santa Clara”
Estos dos Venerables recuerdan a toda la Familia Salesiana que hoy, la familia representa una gran frontera de nuestra misión pastoral y educativa”, afirma el Rector Mayor antes de concluir su carta. “Deseo que podáis de verdad confiar en estos ejemplos de santidad salesiana, conociendo su testimonio y pidiendo por su intercesión la gracia del milagro que abra el camino a su beatificación”.
El texto completo de la carta se encuentra disponible en el sitio www.sdb.org