Hola Joseph, preséntate…
Soy Padre Joseph Vanga. Vengo de la Inspectoría de Hyderabad, que cubre el Estado de Telangana, Hyderabad y la parte sur del Estado de Odisha, en India. Actualmente, estoy en mi sexto año de sacerdocio y voy a trabajar en Papúa Nueva Guinea y en las Islas Salomón. ¡Es una maravillosa oportunidad para mí compartir mi vocación misionera!
¿Qué te inspiró a elegir ser misionero?
Para hablar de mi trasfondo vocacional misionero, debo decir que provengo de un remoto pueblo del Estado de Andhra Pradesh. Mis padres son agricultores que dependían de la Providencia de Dios en los momentos de dificultad y cuando fallaban las cosechas. La gente dependía de la agricultura para su sustento. Aún hoy, las personas están orgullosas del pueblo porque fue fundado por un misionero. El Padre Arulananda Swamy (según el idioma local), perteneciente a la Sociedad Misionera de San José de Mill Hill y proveniente de los Países Bajos, llegó como misionero y, con el tiempo, llevó algunas familias y construyó nuestro pueblo. Al final, la fe de la gente creció y ahora tenemos más de mil quinientas familias católicas. Es el segundo pueblo católico más grande del Estado de Andhra Pradesh. Una pequeña semilla que él plantó se ha convertido en un enorme árbol en términos de números y de fe, y esto fue una gran inspiración para mí.
Durante mi período de teología en el Estudiantado Teológico “Sagrado Corazón” de Shillong, nos visitó un joven sacerdote misionero de África. Nos dio la “buenas noches salesiana” y compartió con nosotros sus experiencias en la misión. Ese discurso me hizo reflexionar sobre ser misionero y desde ese momento comencé a pensar en la vocación misionera. Luego hablé de mi llamado misionero con mi Director Espiritual, y él me animó a seguir adelante con mi decisión.
¿Estás contento con el lugar al que vas? ¿Tienes miedos o preocupaciones sobre el nuevo lugar, la cultura y la gente?
Una palabra sobre mi nuevo lugar de misión, que es Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón. Padre Alfred Maravilla, Consejero General para las Misiones, me preguntó mi opinión sobre este destino misionero. Di mi consentimiento, diciendo que estoy listo para servir en cualquier parte del mundo. No me asusta el lugar ni la gente. El “curso Germoglio” nos dio tiempo suficiente para reflexionar sobre nuestra misión. A través de la oración, soy capaz de formar mis convicciones. Después de llegar al lugar de mi misión, me integraré poco a poco en la nueva cultura. Lo que creo es: “El Señor que me llamó me conducirá hacia adelante. En cada cultura, Dios está presente de manera viva en la vida de las personas”. Estoy seguro de que habrá desafíos. Pero no importa, porque, con la gracia de Dios, seré capaz de aceptarlos y, al final, superarlos.
¿Cómo reaccionaron los miembros de tu familia, amigos y hermanos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
Cuando hablé de mi vocación misionera a mis padres, tuvieron miedos y ansiedades, al principio no estaban de acuerdo con mi decisión. Les expliqué el trabajo y los desafíos de los misioneros en varias partes del mundo. Pero aceptaron mi decisión después de conocer la vida de los misioneros. Tengo la suerte de contar con unos hermanos maravillosos, muchos de ellos me dijeron que continuara trabajando para los jóvenes sin partir hacia las misiones, pero yo sentía dentro de mí que Dios me llamaba a ser misionero. Los miembros de mi Inspectoría siempre han apoyado mis iniciativas. Estoy agradecido al Inspector, a sus Consejeros y a mis formadores, quienes me han ayudado a ser un buen salesiano.
¿Cuáles son tus planes y sueños para tu vida misionera?
Primero, tendré que aprender el idioma local, integrarme en la cultura local y ser un instrumento de bendición para el pueblo de Dios. En segundo lugar, quisiera crecer profundamente en la vida espiritual y acercar a las personas a Dios. Como misionero, trataré de transmitir los valores del Evangelio a las personas mediante una vida ejemplar. Que Su voluntad se cumpla en mi vida y a través de ella.
¿Tienes algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida te gustaría seguir?
Tengo algunos ejemplos que me inspiran: por ejemplo, Abraham, en el Antiguo Testamento; luego San Pablo Apóstol; San Francisco Javier, el apóstol de India; y San Juan Bosco, el padre y fundador de nuestra Congregación. Todos ellos fueron humildes al seguir la voluntad de Dios. Tuvieron un gran celo y entusiasmo por proclamar el amor de Dios a todos los hombres. Superaron todas las dificultades de la vida, vencieron los desafíos y nunca se desanimaron, especialmente cuando la vida se mostró amenazante.
¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes sobre la elección y la vocación misionera?
Que sus oraciones me ayuden a mantener la mirada en Cristo en los buenos y en los malos momentos. Que Dios me conceda fuerza y gracia para cumplir Su voluntad en mi vida.