Esta documentación, que refleja diferentes períodos de la vida y obra del santo educador, en su conjunto resulta cuantitativamente modesta, si se compara con el número de sus sermones y discursos reproducidos, sintetizados o mencionados en las Memorias biográficas, o si se contrasta con la vastedad de materiales análogos dejados por sus sucesores: Miguel Rúa y Pablo Albera.
Los motivos de tal escasez documental pueden ser varios, no último el hecho, comprobado por testigos y biógrafos, de la facilidad con la que él sabía improvisar discursos, no solo en el ámbito doméstico. Sin embargo, a pesar de su exigüidad y la simplicidad de las argumentaciones doctrinales, estos textos resultan históricamente interesantes como documentos de sensibilidad propia y de un estilo comunicativo personal, además de ser un reflejo de marcos mentales y esquemas doctrinales compartidos por gran parte del mundo católico en un contexto histórico-religioso específico.
También testimonian una constante evolución de las visiones y del lenguaje de Don Bosco, conectada con la gradual ampliación de horizontes, de relaciones humanas y de experiencias del santo educador, vitalmente inserto en un siglo de relevantes transformaciones culturales y lingüísticas. Desde los panegíricos preparados en ocasión de fiestas patronales locales, modelados con arcaísmos estilísticos, se pasa a la colección de instrucciones populares de orientación rigorista y a las fervorosas pensadas para pequeñas comunidades, para llegar, a partir de los años sesenta, a discursos más complejos que reflejan vivencias personales y contextos claramente cambiados.
La edición crítica de los manuscritos ha revelado una aguda preocupación por el cuidado de la textualidad, por la elección de vocablos idóneos para expresar el pensamiento en relación con los destinatarios. Cada texto era sometido por él a un paciente trabajo de revisión y simplificación sintáctica o léxica, con el fin de obtener una exposición clara, vivaz y efectiva.
El volumen contiene la edición crítica de cuarenta y dos discursos, distribuidos en cinco secciones: I. Panegíricos en piamontés de Juan Bosco, seminarista (cuatro textos); II. Instrucciones y ejercicios espirituales al pueblo (veintiún textos, compuestos principalmente entre 1841 y 1843); III. Predicación mariana (ocho textos); IV. Panegíricos en italiano (cinco textos); V. Discursos para circunstancias varias (cuatro textos).
