Entre los concelebrantes se destacaban Monseñor Angelo Giurdanella, obispo de Mazara del Vallo, el Padre Pascual Chávez, Rector Mayor Emérito, y el Padre Pierluigi Cameroni, Postulador General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana.
Asistieron también los familiares de Nino Baglieri, junto con los Voluntarios con Don Bosco, los salesianos de Sicilia, liderados por el Inspector, Padre Giovanni d’Andrea, las Hijas de María Auxiliadora, los Salesianos Cooperadores y las Voluntarias de Don Bosco, además de autoridades civiles y militares de Módica y otras autoridades regionales.
Al inicio de la homilía, Monseñor Rumeo destacó: “Hoy, 5 de mayo de 2024, la Iglesia de Noto, la Familia Salesiana y la ciudad de Módica celebran el cierre de la Fase Diocesana de la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Nino Baglieri, quien precisamente en un día como hoy - el 5 de mayo de 1951 - recibió el Santo Bautismo convirtiéndose en cristiano”.
Durante la homilía, el Obispo repasó la vida del Siervo de Dios. En particular, se detuvo en los rasgos destacados de su espiritualidad. Él buscaba sentido, se hacía preguntas, y Monseñor Rumeo observó: “A estas preguntas cada uno responde según su fe, que ofrece la luz para ver las cosas correctamente, es decir, como las ve Dios. Y por eso necesitamos la oración, entrar en un diálogo de amor con el Señor. La oración es el aliento del alma”, explicó.
“Nino - agregó Monseñor Rumeo - no se ‘apropió’, se anuló en el crisol de la cruz hasta tal punto de ser instrumento de salvación en manos de Dios. Vivió su día a día inmerso en la oración y, en el silencio de su alma, llevó, en el luminoso Tabor de su vida, a todos aquellos que encontraba. La oración para Nino lo era todo: a pesar de sus sufrimientos, como luz que brilla y arde, logró contagiar a los demás con el sentido de la verdadera oración”.
A pesar de su sufrimiento, fue misionero del Evangelio, apóstol de la cotidianidad. Abrazó su cruz y fue elegido “por Dios para una misión de amor, respondió con fidelidad y amor. ¡Cuántos jóvenes, adultos y familias, al encontrarse con Nino, redescubrieron la fe y dieron valor cristiano a sus sufrimientos. El sentido del verdadero apostolado se mide a partir del dolor y la participación en los sufrimientos de Cristo!”, afirmó Monseñor Rumeo.
Al concluir la homilía, Monseñor Rumeo se dirigió directamente a Nino Baglieri y dijo: “Te estamos agradecidos por tu enseñanza evangélica, porque en tu vida vemos el paso de la gracia de Dios que continúa hablándonos de santidad”.
El momento crucial fue la firma solemne de los informes finales, que marcó el final del trabajo realizado por el tribunal en estos doce años. Durante la última sesión del tribunal, la número 86, presidida por Monseñor Rumeo, se prestó juramento ante los fieles, y se sellaron y firmaron ocho paquetes de documentación que serán enviados en los próximos días al Vaticano: miles de páginas de actas, que contienen escritos, cartas, mensajes y testimonios sobre Nino y su vida. Al inicio, el Padre Ignazio La China repasó los hitos más destacados de estos doce años de intenso trabajo. Al cierre y firma de los informes también estuvieron presentes los notarios Pietro Di Rosa y Daniela Vindigni.
Los expedientes fueron finalmente entregados al Padre Cameroni, que las entregará al Dicasterio de las Causas de los Santos en Roma para la continuación de la Causa.
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