Desde su ingreso en la obra, el Cardenal Fernández Artime ha hecho presente a Don Bosco entre los jóvenes. Él mismo les contó que imaginaba el Oratorio de Valdocco en la época de Don Bosco, justo como el "Borgo" de estos días: un lugar donde en cada rincón hay jóvenes ocupados en hacer algo: ya no zapateros, carpinteros, albañiles, como entonces, sino peluqueros, cocineros, jardineros, electricistas, mecánicos... Los tiempos y los lugares han cambiado, pero la pasión con la que los jóvenes se involucran sigue siendo la misma.

Desde los jóvenes del Centro de Formación Profesional hasta los de los grupos deportivos, desde los jardineros hasta los peluqueros, desde los talleres hasta el oratorio, el Rector Mayor tuvo una buena palabra para cada persona, deteniéndose con cada uno, pidiendo información y estando disponible para fotos y selfies, sobre todo con los jóvenes, ninguno excluido. Hubo mucha satisfacción en todos al encontrarse con el Don Bosco de hoy, que se detuvo a tocar música con los jóvenes, que pateó penales, que compartió la merienda preparada por los alumnos del Centro de Formación Profesional y que realmente demostró amar lo que aman los jóvenes.

Hubo mucha alegría y emoción al recibir la mirada y una palabra de consuelo por parte del Cardenal salesiano. Así como también hubo muchas risas y momentos de compartir y de familia que involucraron a cada persona de la comunidad.

No faltó un momento de celebración por los setenta y cinco años de vida y misión del Borgo Ragazzi Don Bosco: junto al Rector Mayor, toda la comunidad, en las instalaciones de la Sala Polivalente que lleva el nombre del primer Director de la Obra, Padre Cadmo Biavati, repasó los hitos que han marcado la evolución de la Obra Salesiana a lo largo del tiempo y de los jóvenes acogidos. Desde los "lustrabotas" de los años cincuenta del siglo XX, necesitados de todo bien material y moral, la misión del Borgo siempre ha privilegiado a los jóvenes que viven situaciones de dificultad y precariedad, dándoles la capacidad de mirar hacia el futuro con esperanza.

Y en esta ocasión no faltaron las palabras de aliento del Rector Mayor para continuar con pasión, destacando la importancia de la presencia activa entre los jóvenes. El único modo de acompañar a los jóvenes en su crecimiento integral es estar siempre presentes, amar lo que ellos aman. La educación no se hace con palabras, sino estando al lado, estando presentes, fue su mensaje.

Y también recordó a todos que pensar en los jóvenes como sujetos apáticos es un mito falso: los jóvenes son apáticos solo si no tienen perspectivas de futuro, y ese es el objetivo más importante: indicarles que puede haber un camino para todos, un futuro mejor es posible.

La Misa celebrada al final de la evocación de la historia de la obra, adquirió un profundo significado espiritual de agradecimiento por estos setenta y cinco años de vida y misión del Borgo Ragazzi Don Bosco, agradeciendo especialmente por todos esos jóvenes que la Providencia ha guiado en los patios y locales de esta obra.

La noche terminó con la cena del Rector Mayor junto a los jóvenes y los operadores de la casa, hogar y la comunidad salesiana. Un momento familiar, en un ambiente sereno y hogareño, donde los jóvenes compartieron con el X Sucesor de Don Bosco su historia y sus sueños.

• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
•  

Tweet