Tras el primer día de reflexión en el Colle Don Bosco y en Chieri, lugares donde nació Juan Bosco, donde tuvo el sueño que marcó su destino y donde fue al seminario, el resto de las jornadas se desarrollaron en la Casa Madre salesiana de Valdocco. “Es muy significativo que hayamos viajado hasta aquí y lo es aún más en este año del bicentenario del sueño de los 9 años de Don Bosco, del que somos herederos y corresponsables”, explica Xabier Camino.
La fuente del carisma salesiano
Cada día, Pascual Chávez dirigía una reflexión, por la mañana y por la tarde, a la que seguía el tiempo de silencio personal. Momentos de oración, eucaristía con la homilía compartida, y alguna visita significativa a la propia casa de Valdocco, completaron el programa de estos días. Los temas giraron alrededor de la figura de Don Bosco, el sentido profético del sueño de los 9 años, la experiencia de Dios que tuvo el santo, los aspectos centrales del carisma salesiano, el criterio oratoriano, las claves del Sistema Preventivo o la evangelización, entre otros.
En el grupo de participantes, la mayoría salesianos, se encontraban cuatro seglares, cuatro coordinadoras generales de pastoral, para quienes “estos días en Valdocco, la cuna del Carisma salesiano, han supuesto un gran regalo, donde la reflexión guiada por don Pascual nos ha ayudado a integrar en nosotras que Don Bosco sigue vivo”. Para ellas, explicaban, “se cumplió el sueño de compartir vida y esperanza con el resto de Coordinadores Generales de Pastoral y somos conscientes de que nuestra misión es que los jóvenes vivan su vida en plenitud y que sientan que Dios los ama”.
El encuentro terminó, el jueves 22 por la tarde, con la eucaristía - presidida por Xabier Camino- en la capilla que se ha habilitado en lo que fueron las habitaciones de Don Bosco, ahora museo. Y, en la mañana del viernes 23, con la misa en la Basílica de María Auxiliadora, presidida por Pascual Chávez en el marco de la cual, los salesianos, renovaron su profesión religiosa.
Estos días de ejercicios, “ocasiones especiales de escuchar la Palabra de Dios, discernir su voluntad y purificar el corazón”, como explicaba Camino, en la “Tierra Santa salesiana”, han sido “un privilegio para los salesianos y laicos que tenemos encomendada la tarea de animación y coordinación pastoral en las Casas de nuestra Inspectoría. Vivir estos días de Ejercicios Espirituales en clave de comunión, acompañados por un fabuloso espíritu de familia y sintiéndonos parte de un mismo proyecto educativo-pastoral inspectorial, ha sido un regalo de Dios y de Don Bosco”.
Salesianos.info