"Nuestra gratitud va a los hermanos vietnamitas, en particular al Padre Barnaba Le An Phong, al inspector y a su consejo por la atención dedicada a todos los hermanos presentes en la reunión", dijo el Rector Mayor, apreciando el espíritu y la animada atmósfera a pesar de las violencias, las dificultades y la falta de libertad que algunos experimentan en sus países. Destacó la apertura, la capacidad de escuchar y sobre todo de caminar juntos. "Lo que hemos vivido ha sido un viaje importante, hermoso y concreto", continuó.
El Rector Mayor, en sus observaciones finales, presentó un completo plan de acción para guiar a las Inspectorías salesianas en los próximos años. Resaltando la extrema importancia de la identidad salesiana, destacó la vitalidad del carisma salesiano y su poder transformador. El concepto de responsabilidad compartida entre los laicos en la prosecución de la misión salesiana, incluso ante recursos limitados, fue un punto focal. Además, el Rector Mayor subrayó la necesidad de una formación personalizada y acorde con la propia vocación, advirtiendo sobre las insidias del individualismo. También se enfatizó la importancia de una comunicación social efectiva, que abarque aspectos carismáticos, pastorales e institucionales. En particular, se remarcó la urgente necesidad de abrazar y responder a la creciente cultura digital como prioridad. En definitiva, el Rector Mayor solicitó un compromiso común para realizar una misión compartida y promover una formación salesiana abierta y carismática dentro de la más amplia Familia Salesiana.
El Padre Gregorio Bicomong, hablando en nombre de los participantes, expresó profundo aprecio por el inquebrantable apoyo del Rector Mayor y del Consejo General. Elogió al Padre Ángel por su excepcional liderazgo, reconociendo su atenta escucha y su notable dedicación a pesar de la naturaleza exigente del viaje. Además, agradeció al Padre Joseph Phuoc por haber gestionado hábilmente el programa, asegurando que se hicieran los ajustes necesarios en beneficio de todos los participantes. Los hermanos vietnamitas fueron especialmente apreciados por su extraordinaria hospitalidad, que creó una atmósfera de calidez y genuina acogida durante todo el tiempo en K'Long.
El Padre Barnaba Le An Phong, el Inspector de Vietnam, expresó profunda felicidad no solo para él, sino también para sus hermanos. La oportunidad de albergar la Visita de Conjunto de la EAO fue considerada un gran privilegio y un regalo precioso. Reflexionando sobre los meticulosos preparativos que duraron un año entero, expresó la confianza en que los hermanos visitantes encontrarían consuelo y satisfacción en su experiencia.
Durante las oraciones vespertinas, el Padre Bosco Zaya Aung, el Inspector de Myanmar, agradeció de corazón a sus hermanos por su constante apoyo en medio de las luchas diarias enfrentadas en su inspectoría. Reconoció en particular la valiosa ayuda recibida de las inspectorías de Japón y Corea, destacando su inquebrantable solidaridad. En una presentación conmovedora, arrojó luz sobre los desafíos que su Inspectoría debe enfrentar, en particular la violencia prolongada, celebrando al mismo tiempo la pura alegría que proviene de vivir el carisma salesiano ante la adversidad.
La visita de conjunto concluyó con una nota de gran alegría y una lujosa cena de gala con deliciosa cocina tradicional vietnamita. El estado de ánimo jubiloso y el entusiasmo contagioso eran palpables entre los participantes que se despidieron y emprendieron el viaje de regreso a sus respectivas inspectorías. Armados con profundas perspicacias y queridos recuerdos, llevaron consigo un renovado sentido de propósito y un compromiso revitalizado hacia la misión salesiana, listos para tener un impacto duradero en sus inspectorías.
