En presencia de Mons. Thibault Verny, arzobispo de Chambéry y obispo de Maurienne y Tarantaise, del Rvdo. Jean-Francois Chiron, Delegado Episcopal, del Rvdo. Michel Euler, Promotor de Justicia, de la Sra. Marie-Caroline Suchon, Notaria, del Dr. Maurizio Bruni, Perito médico, del Diácono Luciano Griggio, Técnico conservador, del Padre Pierluigi Cameroni, Postulador de la Causa, del Rvdo. Paul Ripaud y del Sr. Gabriel Tardy, testigos, se llevó a cabo el reconocimiento canónico de los restos mortales del Venerable Camille Costa de Beauregard (1841-1910), sacerdote diocesano y fundador de la Obra del Bocage. El canciller Padre Yvan Caporizzo actuó como notario.
También estuvieron presentes miembros de la Familia Costa De Beauregard, de la Fundación Bocage y del Comité "Amigos de Camille Costa de Beauregard".
"Las reliquias en la Iglesia siempre han recibido veneración y atención especial, porque el cuerpo de los Beatos y Santos, destinado a la resurrección, fue en la tierra el templo vivo del Espíritu Santo y el instrumento de su santidad, reconocido por la Sede Apostólica mediante la beatificación y canonización... Una disciplina similar se aplica también a los restos mortales (exuviae) de los Siervos de Dios y los Venerables, cuyas Causas de beatificación y canonización están en curso. Hasta que no sean elevados a los honores de los altares mediante la beatificación o canonización, sus restos mortales no pueden disfrutar de ningún culto público ni de los privilegios reservados únicamente al cuerpo de aquellos que han sido beatificados o canonizados". (De la Instrucción "Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación" de 2017).
Por lo tanto, las razones por las que se lleva a cabo el reconocimiento canónico son: verificar la identidad del cuerpo y garantizar que las reliquias del santo (o beato o venerable) sean auténticas; en segundo lugar, constatar el estado de conservación de los restos para prever intervenciones para una buena conservación; finalmente, la posibilidad de tomar pequeñas partes del cuerpo para la preparación de reliquias.
Camille Costa de Beauregard fue un padre, educador y defensor de los huérfanos. Tuvo un corazón noble, capaz de amar a aquellos que eran desfavorecidos y heridos por la vida, dándoles razones y esperanza de vida, inspirándose en el Sistema Preventivo de Don Bosco. "Cuando los llamamos 'nuestros hijos', realmente tenemos el afecto profundo y la dedicación completa de un padre por sus hijos. Y cuando me llaman 'Padre', realmente tienen en lo más profundo de su corazón el respeto, el cariño y la confianza que un hijo tiene por su padre".