Don Bosco soñaba despierto, con los ojos abiertos, como todos los profetas que ven lejos y miran al futuro con esperanza. Empezando por el sueño de los nueve años, en el que vislumbraba su futura misión de sacerdote y educador. Sueños que milagrosamente se hicieron realidad con la ayuda de la Providencia, de sus Salesianos y de tantos bienhechores que siempre han apoyado y siguen apoyando sus Obras.
El Sínodo Salesiano de los Jóvenes quiere ser un camino de los jóvenes de nuestras inspectorías para valorizar y profundizar el sueño de los nueve años, redescubriendo su significado para la espiritualidad, el discernimiento y la realización de la propia vocación. Supone la implicación y la participación directa de los jóvenes.
Se invita a un máximo de dos jóvenes por inspectoría de los SDB y dos de las FMA implicados en la animación pastoral en realidades locales y provinciales y en actividades de la MJS. La edad de los participantes es de 18 a 30 años. Junto a ellos, dos Salesianos y dos Hijas de María Auxiliadora por Región.
Habrá 3 fases. Una etapa preparatoria de escucha y diálogo en cada inspectoría. La participación de “todos” se activa a través de la consulta en el proceso de preparación del Sínodo, con el fin de reunir todas las voces que son expresión de los jóvenes del mundo. Por ello, se propone un cuestionario previo para cada Inspectoria con el objetivo de redactar el Instrumentum Laboris. Una segunda etapa, celebrativa en el Colle Don Bosco, con la metodología sinodal viviendo el clima espiritual y cuidando los momentos de los grupos pequeños (grupos lingüísticos) que nos asegurarán una mayor participación y la Asamblea plenaria. Una última etapa de actuación con el trabajo del documento final.
Está previsto también la edición de un “Coffee Table Book” con 200 sueños de jóvenes de todo el mundo. Se ha configurado un Core Group o Comisión Central formada por 12 jóvenes de todo el mundo y un grupo pre-sinodal de varias personas para la redacción del Instrumentum Laboris.
Estos días de encuentro sinodal, se podrá constatar la diversidad cultural, de realidades juveniles y de Iglesia, pero también la unidad que regala el carisma salesiano. Será un motivo de gran alegría ver la participación, el entendimiento y comprensión, la capacidad de trabajo y discernimiento y el compartir juntos muchos momentos de reflexión, oración y proposición.
El logotipo representa el prado del sueño de Don Bosco, en los fondos verdes; la propuesta de caminar juntos y de conectarnos en red; los símbolos que nos recuerdan el diálogo, la reflexión y la participación; la cruz, todos en búsqueda espiritual, de fe, de cuidar la relación con el Señor Jesus resucitado.