Con el padre Martoglio la comunidad abrió la Novena que acompaña a todos hacia la Fiesta de San Juan Bosco que se celebrará el martes 31 de enero. La presencia del Vicario del Rector Mayor dio la oportunidad de tener un momento para mirarse en los ojos, seguros de que Don Bosco sigue vivo en la comunidad y guía sus opciones. Decisiones que también han pasado por las dificultades de la pandemia de Covid-19 y las ralentizaciones que en perspectiva han sido providenciales.
La confrontación liderada por el padre Martoglio fue necesaria para que todos tomaran más fuerza, redefinieran sus objetivos y se prepararan para continuar aún con más energía que antes, su proyecto de escucha del territorio y sus realidades a menudo no fáciles.
En el encuentro con el Vicario del Rector Mayor, la comunidad contó su historia, recorriendo los pasos dados en los últimos años, en los que ha ido creciendo, reorganizando las fuerzas en su interior, e involucrando a nuevas personas, dando forma a una comunidad que ha crecido junta paso a paso a medida que aumenta el envejecimiento de la población del barrio y aumentan de los episodios de delincuencia menor, los que son una invitación para hacer más y mejor.
(In un solo parragrafo questo era un po' lunghetto)
En la realidad del territorio de Don Bosco, en los últimos años la parroquia ha vuelto a estar concretamente presente a través de múltiples propuestas educativas.
Con el Oratorio-Centro Juvenil y de la Residencia Universitaria, a través de obras de caridad y asistencia a los necesitados, como el Centro de Escucha y el comedor Cáritas de la Prefectura, donde una multiplicidad de operadores de la parroquia “San Giovanni Bosco” y vecinos prestan su activo aporte.
Sin olvidar las propuestas y actividades culturales como las que ofrecen los coros parroquiales y el cine “Don Bosco”, piezas de un gran rompecabezas que se arma a la sombra de la Basílica, bajo la mirada amorosa de Don Bosco que sigue a todos sus hijos y a todos sus jóvenes con el deseo de verlos "felices en el tiempo y en la eternidad".
Estas piezas son sobre todo los educadores, los voluntarios, los salesianos cooperadores, las Hijas de María Auxiliadora y los mismos Salesianos de Don Bosco, que no sólo deben escuchar y escucharse unos a otros, sino también contarse o decir "dónde quieren ir" y "leer las infinitas necesidades de la realidad, que son también oportunidades".
Así lo sugirió el padre Martoglio en su saludo a la Comunidad Educativa Pastoral, donde comparó el barrio Don Bosco con el barrio de Valdocco en Turín a mediados del siglo XIX, cuna de la misión del Padre y Maestro de la Juventud.
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