El encuentro tuvo lugar en la Casa Madre de los salesianos, en Valdocco y se caracterizó por el clima habitual de amistad y participación en la espiritualidad salesiana.
El encuentro, que fue coordinado por el Vicario del Rector Mayor, padre Stefano Martoglio, es desde hace años una tradición consolidada entre los dos Consejos Generales, que se renueva cada seis meses, en verano y en invierno, cuando ambos órganos se reúnen para la respectivas sesiones plenarias.
Dos elementos en particular caracterizaron este encuentro: en primer lugar, la celebración de la acción de gracias en proximidad de a la Navidad, que orientó los momentos comunes y los tiempos de diálogo, en espíritu de comunidad y de participación fraterna; y en segundo lugar, un compartir sobre la promoción vocacional.
El programa de apertura inició a las 16 horas, con la llegada de la Madre General Chiara Cazzuola y sus Consejeras.
En sus palabras de bienvenida, el Rector Mayor habló del “sentido de gratitud y sencillez de todos los miembros de los dos Consejos por el don de estar juntos en la casa de nuestro padre Don Bosco, en la Basílica de María Auxiliadora, un lugar que nos habla de nuestras raíces y de nuestra historia. Encontrarnos aquí en nombre de Don Bosco y de Madre Mazzarello nos hace mucho bien y nos da un gran sentido de familia. Un verdadero testimonio de fraternidad para toda la Familia Salesiana. Con todo mi corazón y amor, sean bienvenidas".
Madre Chiara Cazzuola, por su parte, respondió: “Estamos muy felices de estar aquí. Realmente nos sentimos como en casa. El padre Ángel es signo de comunión y unidad para todos nosotros. Es muy bonito estar aquí y mirar juntos al futuro".
Durante la asamblea comunitaria el padre Miguel Ángel García Morcuende, Consejero General para la Pastoral Juvenil, dirigió una sesión sobre el tema de la animación vocacional, principio inspirador y finalidad de la Pastoral Juvenil Salesiana. Subrayó la importancia de realizar una "animación vocacional dentro de la pastoral juvenil", e invitó a todos a mirar este momento de la historia de la Congregación Salesiana y del Instituto FMA como una gran oportunidad para promover la "cultura de las vocaciones": con insistente oración y con el testimonio apasionado de la vocación que Dios da a cada uno.
Recordó también que todos los salesianos y las FMA son corazón, memoria y garantes no sólo del carisma salesiano, sino también de la propia vocación, y que el verdadero motor de nuestra vida consagrada es seguir a Jesucristo.
Añadió que es necesario saber salvaguardar la presencia salesiana entre los jóvenes, subrayó la importancia de la renovación y revitalización de la vida comunitaria, el papel central de la comunidad educativa pastoral y la confianza en el corazón generoso de los jóvenes.
Tras la presentación del padre García Morcuende, sor Runita Borja, Consejera para la Pastoral Juvenil de las FMA, abrió un momento de participación planteando cuáles son los signos de esperanza presentes, en la animación vocacional de las dos Congregaciones.
El momento fraterno alcanzó su punto culminante con la celebración de la Eucaristía presidida por el Rector Mayor, en el interior de “Le Camerette di Don Bosco”. En su homilía, el padre Ángel subrayó la importancia de “dar lo mejor de nosotros a Dios y a los jóvenes”. Recordó que los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora tienen en Don Bosco y en Madre Mazzarello dos ejemplos de santos que vivieron con gran sencillez y generosidad. “A veces -subrayó el Rector Mayor- hay riesgo humano. Hemos tomado la decisión más preciosa al elegir la vida religiosa: hemos confiado nuestra vida a Dios. A veces sucede que en nuestra vida diaria nos olvidamos que debemos ser generosos, que nuestras energías van utilizadas en servir a los demás". Luego, concluyó recordando que María, la Madre de Jesús, es el ejemplo de verdadera y generosa entrega a Dios ya los demás.
