Para la red de Salesianos por el Social APS, que atendió a 43 refugiados (11 familias), recibir a estas personas significa darles un hogar seguro. Niños y jóvenes fueron integrados en el sistema escolar y en las actividades de los oratorios, incluidos los de verano. Algunos han necesitado intervenciones médicas por patologías previas. Se apoyó a las familias para buscarles un trabajo que les diera la estabilidad necesaria para mirar al futuro con serenidad.
En las comunidades, muchos laicos se han dejado involucrar en esta hospitalidad solidaria, ayudándolos en la gestión diaria de su vida, apoyándolos en el aprendizaje del idioma, en la integración en un nuevo territorio.
Respondiendo al llamamiento del Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime, que nos invitaba a recibir a los afganos tras la crisis de agosto de 2021, los Salesianos por el Social intentaron seguir los pasos de Don Bosco, que hospedó a chicos quienes nadie les ofrecía un lugar seguro, una escuela donde pudieran aprender y un patio donde pudieran crecer como amigos: "Aquí en Italia hemos encontrado tanta gente amable que nos ama, el dentista que nos atiende, el peluquero que nos corta el pelo, quien nos acompaña a hacer una compra, el que nos invita a cenar. Es un gusto estar con ustedes, gracias" (Mahdi, albergado en Prato).
“Nos enfrentamos a una emergencia de refugiados que pedían hospitalidad, lo que resultó ser la posibilidad de salvar sus propias vidas. Doy las gracias a las comunidades educativas, a las asociaciones de nuestra red que han hecho todo lo posible para integrar a estas personas en el sistema escolar y sanitario” señala el padre Francesco Preite, presidente de Salesiani per il Sociale.
“Ahora comienza -prosigue el sacerdote- la fase de autonomía, en la que estas personas también tendrán que ser apoyadas por las autoridades para reconstruir una vida pacífica, a la que todos tienen derecho. Esta hospitalidad nos recuerda lo que hacía Don Bosco en el Turín del siglo XIX, cuando se ocupaba de los niños y jóvenes que emigraban a la gran ciudad para redimir sus vidas”.
Y añade: “Al recibir a estas familias afganas, salvando sus vidas, hemos cumplido, como nos recuerda el Papa Francisco, nuestro deber cristiano: recibir, proteger e integrar a los migrantes. En el refugiado está el rostro de Cristo que nos llama a seguirlo: su presencia en nuestras comunidades era signo de la presencia de Dios”.
Por su parte Renato Cursi, Director General de Salesiani per il Sociale APS señala que obrando así “damos testimonio de una empresa que es fruto de una sinergia virtuosa entre las instituciones y la sociedad civil. Con la red de Salesianos por el Social, como inútiles servidores del Evangelio, reconocemos que hemos hecho lo que teníamos que hacer. Y era importante hacerlo junto a muchas personas y organizaciones solidarias con las víctimas de la crisis afgana, de las que en Italia deberíamos sentirnos en cierta medida corresponsables”.
El director concluye: “Ahora, junto a estas personas y con el apoyo de las instituciones, hay que mirar al presente y al futuro, especialmente de los menores y jóvenes implicados, proteger, promover, integrar: esto también significa reconocer y valorar cuánto puede aportar cada una de estas personas en el proceso de construcción del futuro de nuestro país".