En Guinea Conakry, que tiene una población de unos 12 millones, la mayoría de la gente vive al día, con una economía de subsistencia que no se ve beneficiada por las ganancias derivadas de los recursos naturales de los que esta nación es rica. El país cuenta con el primer yacimiento del mundo de bauxita, mineral esencial para la producción de aluminio.
En una coyuntura mundial especialmente difícil a causa de la pandemia hay que sumar las consecuencias de la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia. El precio del petróleo, la bauxita y los cereales se han disparado y los países más pobres están pagando las consecuencias de forma espectacular, incluida Guinea Conakry. Además, la inestabilidad política del país no ofrece garantías a aquellos países ricos que han decidido invertir en África, como China, el principal importador de bauxita de Guinea.
La presencia de los salesianos
Conakry, la capital de Guinea, se presenta como una ciudad cosmopolita que alberga a familias, niños y jóvenes de todas las regiones del país. Las actividades económicas que se desarrollan en la capital giran en torno a la pesca y el comercio, pero la mayoría de la gente realiza trabajos que económicamente generan muy poco dinero.
Después de la escuela, los niños y adolescentes dedican su tiempo principalmente al comercio informal para contribuir a las necesidades de su familia: vender pañuelos y alimentos en los semáforos, lustrar zapatos, lavavidrios, ocupaciones humildes que en realidad no mejoran la situación económica de la población de sus padres. Desgraciadamente, la educación en Guinea Conakry no se encuentra entre las prioridades del gobierno, prueba de ello es que el rendimiento académico de sus alumnos está entre los últimos que se registran en África Occidental.
La primera presencia de los Salesianos de Don Bosco en el país data de 1986 y culmina en 2015 con la creación del grupo escolar Saint Jean Bosco. En Kankan se construyó el Centro de Formación Profesional Don Bosco y en Siguiri se creó un complejo escolar donde tienen prioridad los niños y jóvenes más vulnerables.
El grupo escolar Saint Jean Bosco–Conakry tiene unos 370 alumnos. La escuela primaria nació en octubre de 2021 para mejorar el nivel escolar de los niños, especialmente de aquellos con dificultades de aprendizaje. La escuela ha crecido rápidamente en términos de número de estudiantes, así como la calidad de la educación ofrecida. El 90% de los niños que asisten a la escuela provienen de familias modestas y Misiones Don Bosco ya activó 39 becas para estos pequeños, ahora el deseo es apoyar a otros 23 niños a partir del año escolar 2022/23. Se trata de una ayuda económica de 3 años para niños de 5 a 9 años que cursarán los tres primeros años de primaria.
Las adopciones a distancia son una herramienta capaz de marcar la diferencia porque las familias que se benefician pueden enviar a sus hijos a la escuela, donde también reciben una comida y son atendidos en un entorno protegido, apto para los niños.
El verdadero desafío -dado el bajísimo nivel de escolaridad- es crear conciencia en los adultos sobre lo importante que es educar a sus hijos, porque si por un lado las familias carecen de recursos económicos, por otro lado tener herramientas culturales representa la clave para poder garantizar oportunidades concretas para sus hijos y para las nuevas generaciones que representan el futuro del país.
Fuente: Missioni Don Bosco
