El programa del sábado fue pensado para los jóvenes, con la celebración de la “Don Bosco Youth Fest”. Por la mañana los participantes inscritos se reunieron en Barauliany y de allí, en un grupo organizado, se dirigieron a un campo abierto de los estudios de cine "Belarusfilm", donde se llevó a cabo una histórica "búsqueda del tesoro" basada en las actividades de los salesianos en Bielorrusia, donde los jóvenes, divididos en 12 equipos compitieron para encontrar el "cáliz de Don Bosco", como si hubiera sido robado y escondido en el área del juego.
Posteriormente, los participantes se trasladaron a Minsk, a la iglesia de San Juan Bautista donde junto a los salesianos participaron de una velada de adoración y alabanza acompañada de meditación y canto, y concluyeron con el pensamiento de las “Buenas noches salesianas” ofrecido por el padre Pavel Shcharbitsky, Delegado Inspectorial para la presencia salesiana en Bielorrusia -dependiente de la Inspectoría Polonia-Varsovia (PLE).
El programa festivo continuó el domingo 25 de septiembre, culminando con una solemne Misa de acción de gracias por la actividad centenaria desarrollada por la Sociedad Salesiana en esa tierra. La solemnidad e importancia del evento fue subrayada por la presencia de tres obispos: el arzobispo emérito de Minsk-Mohilev, Mons. Tadeusz Kondrusevich, y los vicarios generales de la archidiócesis, Mons. Yury Kasabutski y Mons. Aliaksandr Yasheusky, SDB.
En la ocasión estuvieron presentes los Hijos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora activos en Bielorrusia, los salesianos cooperadores, los representantes de la Asociación de María Auxiliadora, los animadores, los niños, los jóvenes, los feligreses, así como a todos aquellos que están cerca del carisma salesiano.
En su homilía, el obispo salesiano Mons. Yasheusky observó que, como los primeros salesianos en Bielorrusia, sus sucesores modernos se inspiran en las innumerables virtudes de su fundador, entre las cuales el obispo identificó cuatro de manera especial: diligencia, bondad, confianza en Dios y amor a María Auxiliadora.
“Los Hijos de Don Bosco continúan hoy dando testimonio de la alegría del Evangelio, como lo han hecho sus predecesores a lo largo de los años. El mismo espíritu une a la Familia Salesiana en todo el mundo, continuando la obra del Buen Pastor, que busca y trae de vuelta a los que se encuetran perdidos, enfermos o heridos", dijo Mons. Yasheusky, expresando gratitud a sus hermanos por su servicio al pueblo bielorruso.
Durante la Misa también se realizó el acto de consagración de la Sociedad Salesiana a María Auxiliadora, pronunciado por todos los salesianos reunidos, completado con la colocación de unas rosas blancas a los pies de la imagen de la Madre de Dios.
Al final de la celebración se realizó la ceremonia de colocación de una cápsula del tiempo, bendecida por Mons. Yury Kasabutski, que contiene un mensaje que la Familia Salesiana está entregando a su posteridad para ser abierta dentro de 100 años.
Posteriormente, el Arzobispo Emérito de Minsk, en nombre de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia, también pronunció palabras de felicitación a los Hijos de Don Bosco, y agradeció el gran apoyo que los salesianos brindaron a la Iglesia local durante su ministerio arzobispal.
Como homenaje simbólico, cada religioso salesiano también recibió de los jóvenes un trozo de pan, como signo de hogar y calor, y un poco de levadura, que transforma internamente la masa. Tras la oración todos los presentes fueron invitados al oratorio para completar las celebraciones con bailes, sorpresas y un momento de ágape fraterno. Finalmente, la fiesta terminó con el rezo de tres Ave Marías.
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