Este fue un consistorio universal, con cardenales de los cinco continentes. De hecho, tres nuevas familias religiosas han entrado en el Colegio Cardenalicio y ahora estarán representados cuatro nuevos países, a saber, Mongolia, Paraguay, Singapur y Timor Oriental, este último por el nuevo purpurado, Card. Virgilio do Carmo da Silva.
Nacido el 27 de noviembre de 1967 en Venilale, Timor Oriental, Su Eminencia asistió a las escuelas primarias y secundarias salesianas en Fatumaca, antes de unirse a los Salesianos de Don Bosco. Hizo su primera profesión el 31 de mayo de 1990, su profesión perpetua el 19 de marzo de 1997 y fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1998. De 1999 a 2004 y nuevamente de 2007 a 2014 da Silva fue maestro de novicios de los salesianos. De 2005 a 2007 obtuvo la licenciatura en Espiritualidad en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. De 2009 a 2014 fue director de la Escuela Técnica de Nuestra Señora de Fátima en Fatumaca. En 2015 se convirtió en Inspector de Timor Oriental y de la Visitaduría de Indonesia. El 30 de enero de 2016 fue nombrado por el Papa Francisco obispo de Dili. En septiembre de 2019, el Papa Francisco nombró al obispo Virgílio do Carmo da Silva primer arzobispo de Timor Oriental.
A él y a todos los nuevos cardenales, el Santo Padre les habló del espíritu que debe animar su misión, recordando que en sus corazones debe haber un lugar para el cuidado "tanto de las cosas grandes como de las pequeñas" y tener el mismo amor al ocuparse de las "grandes cosas como de las pequeñas"; sea tratando "a los grandes de este mundo como a los pequeños".
Al finalizar la homilía, el Papa Francisco subrayó la universalidad y la atención que los purpurados están llamados a tener hacia las personas cuyo secreto está en la mirada de Jesús. Él -concluye el Pontífice. nos llama por nuestro nombre, no somos un número; nos mira a los ojos y nos pregunta: Tú, nuevo Cardenal, y a todos ustedes, hermanos Cardenales, ¿puedo contar contigo? Esa es la pregunta del Señor”.
La celebración concluyó con la fórmula para la creación de los nuevos cardenales y la lista de sus nombres. Luego se les entregó a cada uno el birrete, los solideos, los anillos cardenalicios y la bula con la asignación del título. Finalmente, el abrazo entre el Papa Francisco y cada Cardenal fue un intercambio de palabras de agradecimiento y saludo y, a menudo, una breve y afectuosa conversación personal.