En una conferencia posterior, se hicieron aclaraciones sobre el Proceso de Beatificación. El padre Wesley Barros abrió este momento. "La diócesis constituyó en 2001 una comisión para preparar una revisión histórica. Después de cinco años de trabajo, fue entregada el 30 de mayo de 2006 a la Congregación para la Doctrina de la Fe, junto con una petición de cerca de 254 obispos brasileños, que le pedían a la Santa Sede un gesto concreto de reconocimiento del importante papel que el Padre Cícero desempeñó y sigue desempeñando en la espiritualidad, la vida y el desarrollo de toda esta región", dijo el padre Wesley.
Durante la conferencia de prensa, mons. Magnus Henrique recordó a Sor Annette Dumoulin, agradeciendo a todos los que han trabajado por el Proceso de Beatificación del Padre Cícero. "Esta respuesta es el deseo de millones de devotos del Padre Cícero. Con sentimientos de gratitud, alegría, júbilo y esperanza, agradezco el trabajo incansable de los peregrinos, que han sido verdaderamente perseverantes, hombres y mujeres de fe, que siempre han creído que Dios no nos abandonaría", dijo mons. Magnus.
El Rector de la Basílica Santuario de Nuestra Señora de los Dolores, el padre Cícero José, habló de agradecimiento y discernimiento en la oración, recordando a monseñor Murilo de Sá Barreto, quien estuvo al frente de la Casa de la Dolorosa durante más de 40 años y quien luchó por hacer posible esta Beatificación.
Fue significativa la intervención del padre Inácio Vieira, Inspector de Brasil-Recife (BRE), quien recordó "el celo pastoral y la atención educativa del Padre Cícero". Estos dos elementos, continuó, "nos llevaron a Juazeiro. Estamos aquí para trabajar en la educación de las nuevas generaciones y para acoger al pueblo santo de Dios". El padre Vieira también reflexionó sobre el legado de santidad del Padre Cícero, subrayando cómo todavía hoy representa una lección de vida para todos aquellos que llevan adelante la misión salesiana en Juazeiro do Norte.
Fuente: salesianos.org.br