Surgió a instancias del Padre Pablo Mardoni, un sacerdote del colegio Don Bosco en Bahía Blanca que decidió poner manos a la obra junto a un reducido grupo de docentes y alumnos. Constantemente gran cantidad de gente de distintos barrios se acerca para ayudar en algunos de los cuatro espacios que ofrece el proyecto.
“Los Pibes” han consolidado la idea de que las viandas o los platos de comida constituyen apenas una “excusa” para cada uno de los encuentros. Y no se apunta solo a la contención de grupos vulnerables, sino al crecimiento interno.
“Es un concepto que representa el eje ideal de Don Bosco, que 200 años atrás hacía lo mismo con la gente de la calle”, opinó. Agustín Cavero, otro de los voluntarios.
Hoy los servicios de los pibes de Don Bosco se dividen en 4 espacios son: “Calle”, “Patio”, “Oratorio” y “Casita”. El primero tiene dos aristas: por un lado se lleva comida a las personas que viven en la calle. Los martes a la noche, donde suelen juntarse unas 30 personas con quienes además se comparte una charla.
Los viernes, en tanto, una cena multitudinaria se ofrece en el colegio, elaborada por distintos grupos de padres. Se acercan niños y adultos de tres grandes barrios pobres del sector.
“Patio” se desarrolla los viernes a la tarde y reúne a alrededor de 150 personas a partir de distintas actividades recreativas y deportivas. Luego se comparte un momento de reflexión.
“Casitas” es un proyecto que tiene un objetivo afectivo y material: la construcción de viviendas para personas que residen en condiciones muy precarias.