La primera vez que fue solicitada una presencia misionera en Mato Grosso, esta llegó directamente a Don Bosco, pero por razones organizativas fue Don Michele Rúa quien acabó enviando la primera expedición. La misma llegó a Cuiabá el 18 de junio de 1894, fue dirigida por Mons. Luigi Lasagna, quien fue llamado el obispo de los indios de Brasil.
Luego, en 1902, en el lugar llamado Tachos, tuvo lugar el primer encuentro de los salesianos con los indígenas Bororo, precedido por una aparición de la Virgen. Ella se le apareció en un sueño al líder de los indígenas, poco antes de que ellos se acercaran a los Hijos de Don Bosco para matarlos. Pero cuando el cacique vio la imagen de María en la choza salesiana, la misma que se le había aparecido en un sueño, no dio la señal pactada para masacrar a los misioneros.
Hoy, en Rondonópolis, el Oratorio de los Hijos de Don Bosco ve en el Sistema Preventivo el elemento fundamental para la formación humana de los chicos y jóvenes que allí asisten. Se encuentra en una región muy necesitada, atravesada por todas las lacras mencionadas, donde los jóvenes y sus familias viven en graves situaciones de vulnerabilidad social y económica.
Los salesianos trabajan para transformar esta realidad a través de la instrucción, la cultura y el deporte. Pero eso no es todo: en un contexto de gran privación económica, quieren garantizar a los 250 niños inscritos para las actividades de la mañana y la tarde, una comida diaria equilibrada y nutritiva, que sea consumida en el lugar.
Por este motivo, “Missioni Don Bosco”, la Procura Misionera de Turín, ha puesto en marcha un proyecto para garantizar una comida equilibrada en el oratorio. Se realiza gracias al fondo "Salud y Nutrición" destinado garantizar una nutrición adecuada a los niños y jóvenes que viene en los países más desfavorecidos para garantizarles el derecho a un sano crecimiento.
Para obtener más información sobre el proyecto, visite el sitio web de “Missioni Don Bosco”.