Incluso hoy, la obra de misericordia espiritual de "visitar a los presos" no ha pasado de moda ni ha dejado de ser urgente. Solo pide ser revisada en la forma, debido a las circunstancias de la pandemia en la que todavía nos encontramos.
Por ello, la Comunidad Pastoral Educativa del Instituto Salesiano “E. di Sardagna” en el municipio italiano de Castello di Godego (formado por Salesianos, profesores y jóvenes educadores) ha decidido ofrecer a los 250 niños de secundaria una experiencia para cambiar la perspectiva: unir fuerzas para apoyar los internos de la prisión “Santa Bona” de la cercana ciudad de Treviso. Al no poder visitar físicamente a los presos, los jóvenes y la comunidad educativa de la casa salesiana se arremangaron.
Básicamente, la conciencia que animó toda la iniciativa es la misma que Don Bosco encontró en su corazón después de esas visitas a las cárceles de Turín: "¿Quién sabe que si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se hubiera interesado cariñosamente por ellos, que los hubiera ayudado e instruido..., quién sabe si no se hubieran mantenido lejos del mal y de la ruina, y si no hubieran evitado entrar y volver a entrar en este lugar de castigo?».
Esta iniciativa compartida, que fue parte del camino de Adviento del que participó durante cuatro semanas toda la casa salesiana, desde los niños de la escuela primaria hasta los jóvenes universitarios, fue suficiente para lograr el objetivo. La invitación vino de la parroquia de San Bartolomé de Treviso y las asociaciones que la animan.
Gracias a los obsequios que los escolares trajeron de sus casas, se empaquetaron una treintena de bolsas navideñas, cada una conteniendo una toalla junto a productos de higiene personal, un dulce, unos calcetines, un bloc de notas o libreta para los presos. Muchos de los niños también han optado por escribir con su propia mano, una tarjeta puesta en el paquete para desear una Feliz Navidad a cada una de las personas de la prisión.
El entusiasmo con el que los niños de séptimo grado recogían los obsequios, con el que dividían estos últimos por tipología y con el que hacían los paquetes día a día (¡ocupando los momentos libres y recreativos de sus jornadas escolares!), deja traslucir el espíritu con el que la iniciativa se llevó a cabo.