Durante el día de celebración, se realizaron tres eventos en este aniversario tan especial.
El primero fue una Misa por la mañana para agradecer a Dios por los setenta y cinco años de presencia y educación salesiana en favor de los jóvenes, celebrada por el Rector, el padre Bernie Graham y por el padre Gaetano Riolo, párroco. Durante la Eucaristía, además de invocar la bendición de María Auxiliadora en toda la comunidad educativa, se bendijo un muro conmemorativo, que contiene los nombres de los alumnos y del personal fallecido que asistió o enseñaba en la escuela.
El segundo acto fue una asamblea estudiantil para homenajear a todos los salesianos que han formado parte de esta comunidad educativa a lo largo de los años, fortaleciendo así el vínculo con las generaciones anteriores y el sentido de pertenencia a un camino común. Desafortunadamente por a las restricciones de viaje debido al Covid-19, ninguno de los salesianos que habían sido miembros de esta comunidad en años anteriores pudo regresar para las celebraciones, aunque todos ellos fueron recordados. Además, se hizo sonar una nueva campana de la escuela, encargada con motivo del aniversario, cuya manija fue hecha por el padre Barry Parker, SDB, de la comunidad de Glenorchy.
El tercer evento de la velada fue dedicado a los exalumnos del Instituto e incluyó la entrega de algunas medallas para agradecerles su contribución a la vida del colegio como voluntarios. En la ocasión, también se lanzó el libro "Que nuestras vidas sean respetadas", que contiene un breve perfil biográfico de 75 ex alumnos que han hecho o están haciendo una valiosa contribución a la sociedad, como "ciudadanos honestos", en una amplia gama de sectores.
La celebración del 75 aniversario tuvo su epílogo el domingo siguiente con la bendición, por parte del P. Robert Curmi, de 94 años, el miembro más longevo de la comunidad (vive allí desde hace 34 años), de un nuevo vitral en la iglesia parroquial confiada a los salesianos. Esta obra fue realizada por el feligrés Michael Nunn, representa el edificio original de la escuela, la iglesia parroquial, el logo salesiano y una invitación típicamente salesiana: "Servid al Señor con alegría".
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