El campamento de refugiados de Juba está dirigido por los salesianos de la parroquia de San Vicente de Paul y actualmente alberga a 9.742 personas, la mayoría de las cuales son mujeres sin maridos, hijos, ancianos y huérfanos. El campamento se estableció en enero de 2014, después del estallido de la guerra civil en diciembre de 2013.
La financiación de “Salesian Missions” ayudó a apoyar a 230 personas vulnerables en el campamento durante dos meses. Quienes recibieron asistencia alimentaria y otros suministros fueron en su mayoría huérfanos, viudas y viudos, familias con niños, personas con trastornos psicológicos, depresión y otros grupos frágiles. Cada persona recibió en ese período 20 kg de harina molida, 1 kg de sal, 3 litros de aceite de cocina y 5 kg de frijoles al mes. También recibieron jabón y otros artículos de higiene.
El apoyo alimentario es importante porque los precios de los cereales y las legumbres subieron a niveles récord, hasta el 400% por encima del precio promedio. La caída de los precios del petróleo paralizaron el sector de servicios sociales del gobierno y afectaron negativamente a la población. Se prevé que la situación humanitaria en el país pueda empeorar en los próximos meses debido a la pandemia, la invasión de langostas del desierto, la continua violencia intercomunitaria y los robos de ganado que, solo en estados como Jonglei, Unity y Warrap han provocado el desplazamiento de unas 5.000 personas.
"Estamos realmente agradecidos con nuestros donantes, que nos ayudan a garantizar que los misioneros salesianos tengan la comida y los suministros que necesitan los más vulnerables que ellos cuidan", dijo el padre Gus Baek, Jefe de “Salesian Missions”. Los desplazados internos debido a la violencia en curso en Sudán del Sur están entre los más vulnerables, lo han perdido todo y acuden a los misioneros salesianos en busca de seguridad en este difícil momento. Los salesianos están ahí para darles refugio y todo lo necesario, y para ayudarles a hacer un plan para el futuro”.
Sudán del Sur obtuvo su independencia de Sudán en 2011, pero enfrentó una guerra civil, todavía en curso, que condujo a una terrible crisis humanitaria, incluso antes de la pandemia de coronavirus. Enfrentar la situación creada por la guerra civil no es nada nuevo para los misioneros salesianos en Sudán del Sur, que llevan adelante programas de apoyo a la población en todo el país.