Este don fue legado a la Congregación por Don Bosco, quien fue un gran compañero de los jóvenes y de muchas personas que se encomendaron a su guía. Y esta forma tan fecunda de caridad pastoral no surge de la nada, sino que es fruto de una larga gestación: desde temprana edad y sobre todo en las fases fundamentales de su discernimiento vocacional, y no menos durante su vida sacerdotal, Giovanni Bosco se dejó siempre guiar por personas sabias, que lo apoyaron a sintonizarse cada vez más con el corazón de Dios.
Durante los días de la Escuela, los participantes pudieron vivir una ronda de ejercicios espirituales personalmente guiados, que constituyó la base de toda la escuela.
Tanto para reflexionar como para realizar ejercicios prácticos de aprendizaje se abordaron diversos temas: Don Bosco acompañador porque acompañado; el acompañamiento espiritual en los orígenes y a lo largo de la historia; las virtudes y habilidades de un guía espiritual; técnicas de guía y de conversación en acompañamiento; escucha y supervisión contemplativa.
“Salimos todos con el corazón agradecido por lo recibido, agradecemos el esfuerzo y la inversión de energía de la Congregación en esta área fundamental de nuestra misión como apóstoles y pastores de la juventud -dijo uno de los participantes-. Y agradecemos también al equipo que nos acompañó en estos días, su generoso compromiso y su presencia fraterna en la animación de esta escuela”.
También los organizadores han dirigido un sincero agradecimiento a las comunidades de Valdocco y Colle Don Bosco, por la hospitalidad y amistad con la que hicieron sentir a todo el grupo como en su casa, desde el primero hasta el último día.