“El martirio no es fruto de un proyecto personal, sino un don de Dios aceptado con libertad y alegría. Como Jesús sintiendo la amargura del cáliz, angustiado por el peso del sufrimiento, se ofreció 'libremente a la pasión' (Plegaria Eucarística II), así el padre Rodolfo Lunkenbein y Simão Bororo, trabajaron hasta el momento en que entregaron su vida y fueron valientes hacia el sacrificio supremo”, dijo en la ocasión el padre João Bosco Monteiro Maciel, Secretario Provincial de BCG.
El padre Walter Bini que en 1976, el año del martirio, era Inspector de BCG, añadió que el padre Lunkenbein, "antes de dar su vida de una vez y de repente, la empleó día a día en el trabajo rutinario de la Misión, que podía sólo ser sostenido por un gran amor y una total consagración. De esta forma, el sacerdote se enfrentó al odio y la injusticia, tratando de resolver todo en paz y diálogo hasta el final. Simão, sin miedo a la violencia y la fuerza, corrió a defender a su hermano, a su pastor, a su amigo”.
Al comienzo de la mañana, el padre Carlos plantó un árbol de jabuticaba en el patio interior de la Misión Meruri, como signo de vida por el 45 aniversario del martirio del padre Lunkenbein y de Bororo. Luego presidió la celebración eucarística en la capilla comunitaria, en memoria de los Siervos de Dios. La Misa también fue concelebrada por otros salesianos de la obra y de las comunidades vecinas: los sacerdotes Andelson Dias de Oliveira, João Bosco Maciel, Euller de Silva, Miguel Paes da Silva, Joseph Tran Van Lich, Beatus Volkmar Tola, Douglas Chrystiano Silva Souza y José Marcos de Oliveira.
La devoción a los siervos de Dios es muy fuerte en la región debido al ejemplo dejado por los dos, especialmente por Simão Bororo que, según testigos, como Jesús, perdonó a sus asesinos y murió rezando por sus enemigos. “Simão dio su vida para defender a su hermano misionero, quien dio su existencia por sus hermanos Bororo. Y así con la sangre de los dos se selló una alianza de amistad y paz entre la Misión Salesiana y el pueblo Bororo”, añadió el padre João Bosco Maciel, que propuso una celebración especial en este día, enviada a toda la Familia Salesiana.
Euclides Fernandes Brites
