“Como en todo el mundo, el Covid-19 no ha provocado solamente graves problemas de salud, sino también la reducción de ingresos o pérdidas de puestos de trabajo debido a las medidas de confinamiento. Así, las personas más vulnerables, las que se ganan la vida día a día, están sufriendo siendo una situación muy dura. Nuestro objetivo en Mali es estar al lado de los jóvenes más vulnerables y sus familias”, añade el joven sacerdote salesiano.
El padre Romeo cuenta que con la solidaridad global de muchas personas diferentes y de entidades como Bosco Global, se ha podido ir dando respuesta a la situación de emergencia, gracias a un acompañamiento a las familias, suministrando alimentación básica, sensibilización higiénico-sanitaria y material para frenar los contagios.
Uno de los proyectos que más le entusiasma en la actualidad es el de la “Promoción del descanso educativo saludable para la juventud desfavorecida del barrio de Niaréla”, en Bamako, contribuyendo a la creación de espacios sanitariamente seguros. Se trata de un proyecto con el que colabora el Ayuntamiento de Pozoblanco, el mismo municipio en el que había nacido el fallecido misionero salesiano, padre Antonio César Fernandez, asesinado el 15 de febrero 2019 en Burkina Faso, durante un ataque de los milicianos fundamentalistas.
El objetivo es reforzar la formación de la juventud más desfavorecida de este barrio de Bamako, a través de actividades educativas, que promuevan los valores culturales y el talento de cada persona. Se quiere ofrecer a la juventud alternativas de entretenimiento educativo y saludable, como el deporte y la música, dando oportunidades para desarrollar sus talentos. Gracias a la puesta en marcha de este proyecto, aumentará entre la población beneficiaria la práctica del deporte en espacios saludables y seguros.
“Ver a los muchachos y muchachas tan contentos con este proyecto me emociona. El fútbol y el deporte en general, así como la música y el teatro son una forma de dar alegría en medio del confinamiento y la distancia social. Los jóvenes necesitan sentirse juntos y unidos”, concluye el sacerdote salesiano, Romeo Salami.
Fuente: Bosco Global