Muchos de los Kigalinos no pudieron asistir a una escuela por un pasado difícil de guerra, destrucción y sobre todo de pobreza.
Los salesianos empezaron su trabajo en Muhazi enseñando a leer y a escribir. Luego abrieron cursos profesionales para los jóvenes y comenzaron a construir una escuela profesional. En este momento la escuela ofrece tres carreras cortas, pero muy prácticas para el desarrollo personal y profesional: costura, construcción y catering. Con el catering, los estudiantes aprenden a cocinar y a atender los eventos y a cuidar la casa.
La Procura Misionera Salesiana de Polonia está recolectando dinero para construir servicios y duchas en la escuela. La siguiente etapa de construcción del edificio se ha paralizado por motivos económicos y se construye lentamente. En este momento los alumnos usan servicios provisionales y en mal estado.
Los salesianos misioneros conocen la situación económica mala y difícil de sus alumnos, por ello la mensualidad no es obligatoria y en muchos casos no se cobra nada. El apoyo económico que se pide a los alumnos y alumnas es un aporte de 8 euros cada 3 meses, lo que significa un aporte mínimo, pero que al final es una forma de apoyo y de aprecio por lo que reciben.
Es indudable que este tipo de misiones no puede sostenerse sin el apoyo de los bienhechores y sin la ayuda de la Divina Providencia.
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