Los salesianos de la Visitaduría de Timor Este, (TLS) nos escriben: “Desde hace tres meses no hemos tenido ni un solo caso de contagio. Hoy en día tenemos solamente dos nuevas infecciones importadas. Después de cuatro meses consecutivos de aislamiento casi todo parece haber vuelto a la normalidad, excepto las reuniones públicas. Así no sentimos la necesidad de seguir con los servicios extraordinarios relacionados al covid-19”.
Por su parte, padre Simon Lee, director de la comunidad de Darkhan, perteneciente a la delegación inspectorial de Mongolia, dentro de la Inspectoría de Vietnam (VIE), al finalizar agosto pudo organizar un picnic con los jóvenes de centro juvenil Don Bosco y algunos miembros del staff: “Lentamente nuestros jóvenes están volviendo. Todas nuestras actividades educativas fueron interrumpidas en marzo (y la misa con los fieles aún lo está). Pero es una bendición que nuestros muchachos vengan al Oratorio. Así el sábado 29 de agosto, después de mucho tiempo, salimos juntos para hacer un paseo.
Y si bien pocos kilómetros después de partir, nuestro autobús se rompió y nos vimos obligados a quedarnos allí, nuestros jóvenes no se preocuparon y comenzaron a jugar en el prado verde. Después de tanto tiempo, ese día pudimos ver una alegría profunda en el rostro de todo el personal del oratorio salesiano”.
De otro lado, en la parte más occidental de la Región Asia Este-Oceanía, el nuevo director de la comunidad de Quetta, en Pakistán, padre Samuel Ghouri, tuvo la alegría de dar inicio el 31 de agosto al primer partido de fútbol en el campus salesiano, tras un largo período de inactividad. Su comentario es muy significativo: “!La presencia de los jóvenes da vida a la Misión Don Bosco en Quetta!”.
Actualmente en Asia hay varios países en dificultad con diversas limitaciones, en cambio otros han iniciado el nuevo año escolar o semestre de estudios. Por ejemplo, mientras en Filipinas y en Corea del Sur se registran aún cientos de nuevos contagios, en Myanmar, Camboya y Laos, los nuevos casos son casi cero y en otros países los infectados no superan la decena.
“Considerando que en el mundo los contagiados son casi 900 mil, nos sentimos ‘bendecidos’. Al mismo tiempo sabemos que tenemos que seguir rezando por los países más afectados, por todas aquellas personas en primera línea en todo el mundo, y que debemos promover la solidaridad con los menos afortunados en cualquier lugar en donde se encuentren” concluyen los padres Lee y Ghouri.
Fuente: AustraLasia