Padre Roger vive en Palabek, en el norte de Uganda y comparte los desafíos cotidianos con más de 54.000 refugiados de Sudán del Sur. Con estructuras mínimas para la educación, asistencia médica y seguridad de base, la situación se ha vuelto realmente difícil.
En los campos de Palabek, además están hospedados al menos 25.000 niños de edad inferior a los 13 años. A causa de la pandemia, estos niños vieron sus escuelas cerradas y visto que por el aislamiento no pueden ni siquiera encontrar amigos, no tienen más diversiones. Esto les lleva a un stress difícil de gestionar.
Conociendo la situación, los salesianos iniciaron a frecuentarlos con actividades educativas y juveniles, siempre respetando las indicaciones de protección de la salud. Los salesianos llegaron así cada día a más de 400 niños y jóvenes. Algunas de las actividades están orientadas también a la generación de rédito y a la realización de estructuras para el futuro. Los jóvenes han sembrado pasto en los campos de juego, plantado cientos de árboles, preparado huertos, grabado canciones y videos para sensibilizar ante el coronavirus, han participado a juegos al cubierto, han dibujado y pintado, se han intercambiado libros y han visitado algunos amigos que estaban enfermos.
Todas estas actividades fueron coordinadas por el padre Roger, que ya era visto como un héroe contra el covid. Durante estos días de aislamento estaba siempre rodeado por jóvenes.
Padre Roger nació en la República Democrática del Congo, fue ordenado sacerdote en el 2018 y su primer encargo es ser animador juvenil en Palabek. Día tras día está feliz al ver a los jóvenes contentos y capaces de "reconstituir la vida", frase que es un lema de los Servicios Salesianos para los Refugiados de Palabek.