Allí el Papa los saludó y respondió a algunas de las preguntas que le hicieron, mientras los niños desayunaban incrédulos de lo que veían. Los pequeños frecuentan cada mañana el Centro Vacacional que el Papa Francisco quiso hacer funcionar en el Vaticano para apoyar a los papás y empleados que trabajan en la Santa Sede.
"Después de pasar entre las mesas, el Papa visitó -indicó Bruni- los espacios para los juegos instalados en el Aula y conversó con los participantes", para luego regresar a las 10 de la mañana a casa Santa Marta, no sin haber agradecido "individualmente" a los operadores por su trabajo.
Juntos para hacerse amigos
Durante la visita, Francisco se sentó entre los niños y los animó a tener nuevos amigos. "La gente que sabe divertirse sola es egoísta, para divertirse - dijo el Papa - hay que estar juntos, con los amigos".
El Centro Vacacional, fue creado por iniciativa del la Gobernación de la Ciudad-Estado del Vaticano con la finalidad de ayudar a los padres que trabajan allí, organizando durante el mes de julio actividades educativas y recreativas entre los jardines, el helipuerto y el Aula Pablo VI, involucrando en las actividades a un centenar de niños y jóvenes, y claramente respetando los protocolos anti-covid.
El centro está animado por los Salesianos junto con la asociación 'Tutto in una festa' (Todo en una fiesta) y los días están marcados por la natación en la piscina, el tenis, los partidos de fútbol y baloncesto, los toboganes en los inflables, los torneos de ping-pong y las visitas guiadas a los Jardines vaticanos.
Los chicos sorprendidos por la simplicidad del Papa
"¡Nos dio una gran sorpresa! Yo en ese momento no estaba aquí, pero me avisaron que había llegado el Papa, así que volví", dijo el coordinador de 'Estate ragazzi', Don Franco Fontana, capellán de la Gendarmería y de los Museos Vaticanos".
"El Pontífice salió de la Casa Santa Marta solo y fue caminando al Aula Pablo VI para saludar a los muchachos que terminaban de desayunar. Pasó entre las mesas, primero charló con los más pequeños, luego con los de la escuela primaria". Don Franco añadió que "se interesó de lo que hacen, cómo pasan el día, les preguntó si estaban contentos".
"Los chicos estaban tan sorprendidos que permanecieron completamente en silencio. Después del recorrido, bajamos al Aula Pablo VI, e hicimos lo mismo como todas las mañanas, no alteramos el horario. El propio Papa lo quiso así", añadió el capellán.
"Tres de nosotros le hicimos preguntas que habíamos formulado la semana pasada, porque teníamos la intención escribirle. El Santo Padre respondió a estas preguntas muy simples. Al final se despidió con un saludo general y luego agradeció calurosamente a los 22 animadores. También nos tomamos una foto juntos. Luego regresó a la casa Santa Marta".
Lo que le impresionó a don Franco fue la actitud de los niños que vieron en Francisco "la familiaridad, la sencillez y la paternidad con la que quería vivir este momento".
Fuente: Benedetta Capelli, Vatican News