La iniciativa del oratorio "Don Bosco" de Alepo comenzó al principio de la crisis del coronavirus. La idea pareció ser inmediatamente una iniciativa concreta y útil para preservar la salud de los niños y los jóvenes en tiempos de pandemia, que ha alcanzado a Siria así como a todos los países del mundo.
Los objetivos del proyecto, en orden de prioridad, eran:
- Dotar de máscaras a los niños y jóvenes que asisten al oratorio "Don Bosco" de Alepo.
- Entregar mascaras a otros oratorios salesianos del país (Damasco y Kafroun).
- Entregar también las máscaras a los otros centros de catequesis, siempre a favor de los niños y jóvenes de Alepo.
Se produjeron un total de 20.000 máscaras, por un grupo de unos 15 voluntarios del oratorio, joven y no tan joven, que trabajaron diariamente, divididos en grupos, respetando siempre todas las medidas de seguridad relacionadas con la higiene del medio ambiente y el distanciamiento social.
Lejos de preocuparse sólo por la utilidad de los instrumentos, se ha pensado en los destinatarios de estos dispositivos de seguridad, el equipo de producción fabricó las máscaras, lavables un número limitado de veces, en estilo juvenil, de diferentes colores, con diferentes tamaños y tallas (para niños y adultos).
Finalmente, se distribuyeron gratuitamente a los niños y jóvenes sirios, como regalo de Don Bosco a sus muchachos en este difícil momento.
Como explicaron los promotores de la iniciativa a modo de conclusión: "El mismo Don Bosco vivió una epidemia similar a la actual, cuando en el siglo XIX estalló el cólera en Turín: junto con sus hijos espirituales y con Mamá Margarita vivió ese período con un auténtico espíritu de servicio a los más necesitados, Don Bosco y sus muchachos fueron los primeros en experimentar la protección de la Providencia. Hoy en día, en esta época, nuestra respuesta fue una idea actual y pragmática que destinada a satisfacer las necesidades de las familias, los jóvenes y los niños".