“Esta situación ha ocasionado problemas en el equipo del Centro Don Bosco. Los que trabajan lo hacen desde sus casas y se comunican por videoconferencia. Durante una llamada telefónica uno de mis colaboradores me dijo: ‘Debo admitir que nos haces falta’. Las llamadas en línea no son lo mismo. Fue una agradable sorpresa. Me di cuenta de que, a pesar de nuestros defectos, nos queremos y nos echamos de menos. Ahora estamos contentos de vernos al menos en videoconferencias, hablando o rezando a distancia. Esta situación ha creado algo bueno, que no habríamos experimentado si no fuera por la epidemia del Covid -19.
Como en muchos países, también en la República Checa desde mediados de marzo, se ha prohibido la reunión y se han suspendido muchas actividades. Pero el Centro Juvenil Salesiano sigue prestando sus servicios sociales y de apoyo incluso hoy en día. Los empleados trabajan con unos 80 beneficiarios desde su casa, comunicándose a través de teléfonos móviles o redes sociales. La Sra. Madrina Jeníková es la responsable de este servicio y coordina a los trabajadores sociales del Centro Juvenil Salesiano. Con sus colegas ayuda a los jóvenes a entrar en la vida adulta y a encontrar su lugar en la sociedad. Normalmente su trabajo se hace en contacto individual y cercano, pero ahora han tenido que adaptarse.
“Estamos tratando de mantener el mayor número posible de contactos entre nuestros beneficiarios y hablar sobre la situación actual. Les preguntamos qué significa y qué impacto tiene en sus vidas – nos comenta – Ahora estamos construyendo una relación de cooperación y confianza a largo plazo con ellos. La situación actual también forma parte de nuestras vidas. Son jóvenes que a menudo no tienen un entorno seguro y de apoyo, y nosotros estamos ahí para ofrecerles eso”.
“La situación actual – continúa – también abre oportunidades para hablar de temas como el significado de la vida y su finitud. Esto es muy valioso porque en circunstancias normales nunca hubiéramos llegado a hablar sobre estos temas”.
En el centro no solo hay jóvenes, también se acompañan a jóvenes madres, y Anežka y sus colegas conversan sobre el cuidado de los niños en tiempos anormales como el actual.
El P. Čunek también se comunica virtualmente con los jóvenes, pero en casos extraordinarios como cuando necesitan urgentemente alimentos, necesidades básicas o apoyo social, se les hace una visita.
“El contacto, incluso a distancia, siempre es necesario. Sin ella perderíamos el contacto con nuestros beneficiarios. En cambio, hoy más que nunca, siento la necesidad de escribirles y llamarlos”.