¡Me encanta estar aquí con ustedes, me encuentro muy bien!, han sido las primeras palabras del Rector Mayor frente a un grupo de 500 jóvenes estudiantes de la Escuela Técnica Popular Don Bosco y sus educadores que este viernes 7 de febrero recibieron un primer mensaje del Rector Mayor. Los invitó a mirar y soñar el futuro dentro de los próximos 10 años en la Venezuela. Los invitó a tomar la vida en sus manos y dar la vida por medio del servicio a otros jóvenes que como ellos están en una situación más crítica. Como en todos los tiempos, los jóvenes deben ser apóstoles de los jóvenes.
Inmediatamente después se trasladó a la Seda Inspectorial para reunirse con las comisiones Inspectoriales. “¡Me siento en casa!” Fueron las palabras del Rector Mayor al iniciar su intervención con la presencia de las comisiones inspectoriales para la animación educativa pastoral. Fue un momento para presentar la situación de la presencia evangelizadora los Salesianos de Don Bosco en Venezuela. “Estoy aquí porque decidí estar aquí; para agradecer al P. Francisco Méndez y animar al P. Rafael Montenegro en su nuevo servicio como Inspector”.
“Trabajar el tejido social es construir un país. Este es el camino. Me admiro que a pesar de las dificultades que viven sigan con ánimo y entusiasmo”, esto tiene un valor excepcional. No solo están resistiendo, también están dando respuesta” dijo el Rector Mayor. “Don Bosco vivió en su tiempo grandes desafíos y guiado por la intervención maternal de María Auxiliadora, supo dar respuestas creativas”, concluyó.
“Ustedes tienen dos opciones preferenciales: los pobres y Don Bosco. Si pierden una de las dos, están arruinados”. Así nos animaba a permanecer fieles a los jóvenes y a Don Bosco en estos tiempos difíciles. “Tenemos que superar esquemas en la animación vocacional. Debemos dar la bienvenida a todos los grupos, no solo a los consagrados. La animación vocacional no es una pesca, es una expresión de una pastoral juvenil” dijo el Rector Mayor. Son tantos jóvenes que están en nuestras obras y debemos ofrecerle la posibilidad de descubrir su vocación y acompañarlos a vivirla a plenitud.
“Sé que las dificultades están; sepan que como congregación no les dejamos solos”. ¡Vivan sin miedo su vocación!
En su encuentro con los jóvenes en formación de la Inspectoria San Lucas de Venezuela, el Rector Mayor aprovechó la oportunidad para invitarlos a vivir sin miedo su vocación, a ser honestos en su respuesta vocacional. Estuvieron presentes 7 aspirantes, 8 prenovicios, 16 posnovicios, 5 tirocinantes y 8 estudiantes de teología.
El Rector Mayor los invitó a seguir apostando por los jóvenes. Para recuperar la democracia, “se necesitan más que dólares; experiencias educativas en valores, con una propuesta formativa en la educación”.
Les insistió que “los salesianos de Don Bosco somos una comunidad de sacerdotes y de coadjutores. Todos salesianos de don Bosco”. De esta manera, delineó a grandes rasgos la centralidad de nuestra formación en la consagración apostólica. La formación debe ayudarnos a configurar nuestro corazón a Jesús Buen Pastor, con Don Bosco, nuestro modelo y guía.
El Rector Mayor dirigió un mensaje a cada etapa formativa: a los prenovicios, les recalcó que esta etapa prepara al noviciado; a los posnovicios: “recuerden que la identidad vocacional pasa por el corazón enamorado de Cristo y de don Bosco, no depende solo de conceptos”; a los tirocinantes, “no es para las dudas vocacionales, es una experiencia de crecimiento vocacional”; a los teólogos, “en una mano la biblia y en la otra el periódico”.
Así recorrió cada etapa formativa, invitándolos “a ser reconocidos, más que por lo que hacemos, que sea por lo que somos: hombres de Dios”.
Este encuentro terminó en la acción de gracias celebrada en la eucaristía de la parroquia San Juan Bosco, en Los Teques. El Rector Mayor fue recibido por el párroco P. José Sequera, sdb, y por todos los fieles de la parroquia, miembros de la familia salesiana que viven en los Altos Mirandinos, y jóvenes animadores salesianos de las presencias. Nos invitó a “ser hombre y mujeres de fe. Debemos testimoniar que somos gente de fe. La fe nos permite ser una iglesia de puertas abiertas, una familia salesiana dedicada a todos, con todos y por todos. Debemos tener las puertas abiertas: hemos nacidos para los demás. Deben reconocernos así: corazones que acogen y sanan con el afecto, rostro humano, una palabra de ánimo en la vida”.
Así y con muchas otras exhortaciones, el X Sucesor de Don Bosco invitó a vivir la vocación salesiana que nos une a todos en una única misión salesiana.
¡Venezuela necesita mucha experiencia de puertas abiertas!
