Justamente, en estos días se han publicado y se han denunciado por importantes medios de comunicación del Perú la situación, directamente el periódico “Perú 21”. “El derrame de petróleo que se registró en el Kilómetro 237 del Oleoducto Ramal Norte (ORN), en el distrito de Manseriche (Loreto), se sigue expandiendo”. Por otro lado, el P. Quijano ha manifestado “los pobladores se encuentran preocupados porque hasta el momento el Gobierno no ha tomado acciones y aparentemente existen nuevos derrames”.
Los pueblos de la selva viven de lo que la naturaleza les proporciona y viven en una total armonía que no contaminan ni destruyen absolutamente nada. Viven del agua de los ríos, de los peces. “Es por ello que se ha informado a toda la población para que tengan cuidado porque los ríos están contaminados. Creo que el daño es grande. Nuestra gente está tomando agua contaminada y peces envenedados”, indicó.
Hace más de 30 años el P. Luis Bolla, en sus escritos y en sus memorias escribía que las empresas petroleras que trabajan en esas zonas “han provocado la contaminación de los ríos, de los campos y mucho más. Esto supone un escándalo… los daños fueron gravísimos y sus consecuencias siguen hasta el día de hoy”. Y esta denuncia es tan actual después de tantos años.
“En el mes de junio – explica el P. Quijano – nos hemos reunido con representantes de cinco petroleras y se esperó la presencia de las máximas autoridades del estado, pero no llegaron. El pueblo indígena no aceptó la ausencia del Ministro, porque son ellos los que deben tomar las decisiones y se rompieron las relaciones y no se realizó ninguna reunión y no se tomaron decisiones”.
En el mes de junio ya se habían denunciado algunas rupturas de tubos que trasporta el petróleo y no han sido remediadas. “La cantidad de petróleo ha llegado a las aguas del río Marañón que es la fuente de vida de animales y comunidades y he visto cómo bajaban manchas negras que recorrían junto al agua emanando un olor fétido”.
“Puedo afirmar categóricamente – explicaba – que el río está contaminado. Estamos condenados a una muerte lenta, y no hay autoridad que se preocupe de nosotros. Nuestros pueblos están comiendo plomo. Los peces y los animales están contaminados. Los gobiernos se han olvidado de los más pobres”.