Las Catacumbas de San Calixto son unas de las más grandes e importantes de Roma. Surgieron hacia la mitad del siglo II y forman parte de un complejo funerario que ocupa un área de quince hectáreas de terreno, con una red de galerías de casi veinte kilómetros de longitud, distribuidas en varios niveles, y alcanzan una profundidad de más de veinte metros. En ellas encontraron sepultura decenas de mártires, dieciséis pontífices y muchos cristianos.

Pío XI, quien había conocido a Don Bosco e intuido el bien que la Congregación Salesiana podría hacer mediante la acogida de peregrinos y visitantes en este lugar tan importante para la Iglesia de los primeros siglos, decidió encomendar la custodia de las Catacumbas de San Calixto a los Salesianos de Don Bosco en 1930.

Desde entonces, muchos salesianos han cuidado y siguen cuidando la acogida en las Catacumbas, y algunos de ellos descansan justo en un pequeño cementerio en la entrada del recinto. Hoy son dieciséis salesianos, procedentes literalmente de todo el mundo, quienes dan a conocer las Catacumbas, en todos los idiomas, a visitantes y peregrinos.

Lo que se propone no es tanto una visita turístico-arqueológica, sino un verdadero itinerario espiritual, experimentado a través de los símbolos, las tumbas, los testimonios y la historia de este lugar.

Aquí, de hecho, en un recorrido que dura en promedio cuarenta y cinco minutos, se cuentan las historias de los Papas mártires que descansan en la Cripta de los Papas, el lugar más sagrado e importante de estas catacumbas, llamado "el pequeño Vaticano" porque allí fueron sepultados nueve papas y, probablemente, ocho dignatarios de la Iglesia del III siglo. No solo eso, al pasar por lo que se llama "sobrererra" se pueden ver dos basílicas con tres ábsides, llamadas "Tricora". En la oriental, probablemente fueron sepultados el Papa San Ceferino y el joven mártir de la Eucaristía, San Tarsicio.

De gran importancia es también la Cripta de Santa Cecilia, patrona de la música. De noble familia romana, fue martirizada en el tercer siglo. Enterrada donde ahora se encuentra su estatua, fue venerada aquí durante al menos cinco siglos. En el año 821, sus reliquias fueron trasladadas a Trastevere en la basílica dedicada a ella.

Dentro de las Catacumbas de San Calixto, además, se pueden admirar antiguos frescos que datan de principios del siglo III, que representan simbólicamente los sacramentos del Bautismo y la Eucaristía.

Durante la visita, cada grupo puede detenerse en una cripta o en una capilla superficial para un breve momento de oración o para la celebración de la Misa. Incluso solo rezar, con las letanías de los santos y mártires de San Calixto, evoca un mundo de sensaciones y fe.

Para facilitar la visita, las Catacumbas también cuentan con un amplio estacionamiento, un patio de comidas y grandes espacios abiertos para juegos, almuerzos y para fomentar momentos de convivencia e intercambio.

Un valor añadido es la presencia, en el mismo recinto, del Posnoviciado salesiano, donde se puede encontrar alojamiento para la noche, una comida caliente y salas para reuniones.

Para obtener más información sobre las Catacumbas, para profundizar en su historia y para reservar una visita, se puede visitar el sitio web.

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