Los Salesianos se encuentran en más de 130 países. En cada uno de los lugares donde exista una casa salesiana se encuentra un voluntario. Miles de voluntarios de diferentes lugares del mundo acuden a las misiones para apoyar los proyectos y aportar su granito de arena en la erradicación de la pobreza.
Es el caso de Tere y María, dos médicos italo-españolas, que trabajan en el centro de salud de Abobo (Etiopía). También están los voluntarios, un grupo de 17 muchachos que partieron este verano desde la República Checa hacia Angola, Bulgaria, Ecuador, India, Kenia, Tanzania y Papúa Nueva Guinea. O podemos recordar a De Giulliano, un joven Uruguayo que pasó el verano en Ecuador, o Álex, de Parla (Madrid) quien dio parte de su vida a en la Ciudad Don Bosco en Medellín.
Si algo comparten los testimonios de los voluntarios es la sensación de comunidad que se genera en cada uno de los destinos donde llegan. “Voy a entregar todo, no hay algo específico, voy a ir dispuesto a la necesidad de la comunidad, dispuesto a conocer la historia de los chicos y compartir lo que uno es”, afirmó De Guilliano antes de partir al Ecuador.
Para Alex ha sido, sin duda, una experiencia transformadora “el foco de mi labor es escuchar y entender a los chicos y chicas, ponerme en los zapatos de unas vidas distintas cuyo objetivo presente tenía que ser caminar, avanzar y crecer”.
El voluntariado es una oportunidad de aportar a la vida de otros y de vivir una experiencia única.
El Voluntariado Misionero Salesiano tiene una identidad. Un “voluntario” es un joven que desarrolla una labor al servicio de la misión de manera libre, gratuita, solidaria y en continuidad. Es “misionero” porque expresa la alegría de llevar la Palabra de Dios. Y es “Salesiano” porque se caracteriza por trabajar en medio de los jóvenes, orientado por el Sistema Preventivo, con corazón oratoriano y espíritu de familia, y orienta su trabajo por el “da mihi animas”. (V.M.S, 41)
Participar de este evento y de esta gran tendencia mundial, no te hace mas que otros, ni te hace héroe ni revolucionario; sino que te transforma para ser parte de un movimiento que cambia el mundo.
