Por: P. Ramón Borja, SDB
En verdad que todo lo que tenemos hasta ahora... son planes... Válidos y optimistas, pero aun así, siguen siendo planes. Por primera vez en mi vida, encuentro el pasaje de Isaías 55 tan cierto: “Porque mis pensamientos no son tus pensamientos, tus caminos no son mis caminos”.
La reciente visita del Inspector, P. Anthony Paul Bicomong, Superior de Filipinas Norte (FIN) me hizo sentir feliz. El P. André Belo y yo hemos sentido que no estamos solos. Fue una visita importante pues llegaron el Inspector y el Arzobispo de Kuching, quienes tuvieron un diálogo directo y tomaron decisiones sobre el proyecto escolar y la presencia de los Salesianos en la Arquidiócesis. Además, el P. Bicomong trajo apoyo económico lo que nos hizo sentir muy animados.
Personalmente, para ser sincero, cuando partieron me he sentido un poco preocupado. Estoy empezando a comparar la realidad. Una realidad que me recuerda que la escuela que soñamos solo tomará forma al menos en tres años y solo si tenemos millones de “Ringgit de Malasia”, una gran cantidad de laicos que tengan capacidades y un corazón para este tipo de cosas y la colaboración de empresas o individuos, a fin de poder eventualmente adquirir la certificación gubernamental necesaria.
No me malinterpreten. Y perdonen mi reflexión como un nuevo misionero. Pero sepan que estoy feliz, honrado y lleno de esperanza en este lugar. Ahora sé que Dios no solo está cumpliendo el sueño de Don Bosco en Malasia. Siento que me está purificando, haciéndome humilde, y estoy me fascina...
Evidentemente Dios quiere que espere. Este trabajo es suyo, no es mío, tampoco nuestro. Es de Dios...
¿Cuándo se convertirá el futuro salesiano en Malasia en una realidad completa? No lo sé. Todo lo que sé es que Dios tiene todo en sus manos, incluida mi mano... Y eso es más que suficiente para mí.
Fuente: AustraLasia