Alrededor de 400 cadáveres recuperados, más de 600 desaparecidos y cerca de 3.000 damnificados a causa de las fuertes lluvias. Los Salesianos de Don Bosco Fambul, a petición del Gobierno y como ya ocurriera con la epidemia de ébola o con el incendio de la favela Angola Town, acogerán a los menores que han perdido a sus familiares o que simplemente no tienen dónde dormir.
Las fuertes lluvias que cada temporada caen en esta época en Sierra Leona son la causa de la avalancha ocurrida en la montaña Sugar Loaf (Pan de Azúcar), en el distrito de Regent, en las afueras de la capital, Freetown. El deslizamiento tuvo lugar a las 6 de la madrugada, cuando la mayoría de las víctimas todavía dormía y por eso el desastre ha sido mayor y las posibilidades de encontrar supervivientes son mínimas.
“La situación es de caos total. Sierra Leona no está preparada para estas emergencias y el Gobierno está desbordado. Apenas hay maquinaria para remover la tierra, así que las tareas de rescate se hacen a mano”, manifiesta el P. Jorge Crisafulli, misionero salesiano, director de Don Bosco Fambul.
“He visitado los hospitales y no sabemos cuántos niños están siendo atendidos y solos. Iré al lugar de la avalancha para ver si hay menores perdidos o que no tengan referencias familiares”, comenta Crisafulli.
“Dentro de unos días tendremos una perspectiva más clara de todo lo que podremos necesitar, pero está claro que hay una necesidades de medicinas, ropa y comida. Estas son las primeras necesidades para atender a estos menores en esta primera fase de emergencia”, destaca el misionero salesiano.