La estructura es parte del oratorio Santa Ana de Prato, y es administrado por la asociación “La lunga Domenica” que desde hace años apoya la actividad social de los jóvenes de la ciudad.
“La innovación del proyecto - explica Corrado responsable de la instalación; es la elección de ‘hogar’ donde se puede cultivar las relaciones y compartir momentos vivenciales. En este lugar se puede encontrar un espacio para la familia (padre-hijo), y a su vez se puede invitar a los familiares y desarrollar relaciones de amistad, de diálogo y de autoayuda. Tiene el propósito de apoyar a los niños y a los padres en los aspectos esenciales. Todas las actividades tienen la tutela de la infancia”.
“Casa Francesco” ofrece a los padres zonas comunes para socializar, fomentar la convivencia y el intercambio de experiencias. Y de acuerdo con los responsables de la estructura, cada padre puede albergar al hijo y hacerle participar en talleres artísticos organizados para los más pequeños. "En el imaginario colectivo la madre es siempre la madre, como si todo estuviera permitido y a los papás no todo está permitido. Me quedé sin trabajo antes de separarme. Era el año 2010 y luego nunca los encontré. Después tuve una serie de problemas de salud, incluso de mucha gravedad. En los últimos años he trabajado un poco aquí y otro en diversos lugares. He trabajado durante tres meses, sobre todo para una empresa de Calenzano. Ahora, estoy esperando a que me llaman”, declara Marco de 51 años.
“Casa Francesco” no es solo una respuesta concreta a las necesidades de estos padres (que en algunos casos se quedan a dormir en los autos o en casas temporales), sino es una verdadera oportunidad de solidaridad.