Ya no se oyen los golpes de los morteros, ni los continuos disparos. Ya no se escucha el estruendo de las bombas, pero los servicios públicos están funcionando lentamente, creando grandes dificultades para la población. El petróleo es escaso, y esto afecta al transporte que funciona irregularmente. Algunos servicios de primera necesidad funcionan mal, tanto el suministro de agua y de electricidad, y por ello las actividades productivas se desarrollan con muchos problemas.
La mayoría de las familias tratan de sobrevivir en medio de las dificultades económicas, maniobrando las compras en el “mercado negro” y buscando satisfacer las necesidades básicas diariamente. La escasez de agua afecta a muchas personas, los acueductos de la ciudad están bloqueados debido a los destrozos ocasionados por la guerra.
En el Oratorio Salesiano, las actividades continúan, con gran alegría y menos fatiga que antes; pero siempre con algunos problemas que los salesianos y los muchachos enfrentan con una sonrisa y ciertamente con mayor esperanza en el futuro.
Según el P. Pier, los momentos dedicados al compartir, al juego, al deporte, continúan y representan para los jóvenes “un momento de normalidad en una situación que no es normal”. Por ello, creemos que debemos hacerles sentir nuestra cercanía y nuestra compañía.
Puede ver la entrevista completa del P. Pier.
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