Guido Novella nació el 22 de enero de 1943 en Marano Vicentino. Cursó el noviciado en Albaré, emitió los primeros votos el 16 de agosto de 1964, los votos perpetuos el 7 de septiembre de 1971 y fue ordenado sacerdote el 20 de abril de 1974 en su ciudad natal.
En la Inspectoría "San Zeno" del Véneto Oeste (IVO) de Verona y después en la Inspectoría "San Marco" del Nordeste de Italia (INE), fue un importante punto de referencia para las actividades catequéticas y litúrgicas, y sobre todo para mantener viva la sensibilidad misionera, en particular hacia Brasil. Fue director en numerosas casas salesianas (Rovereto, Verona-Provolo, Bardolino, de la Casa Inspectorial del INE en Venezia-Mestre y en Verona-Santa Croce), y desempeñó también las funciones de ecónomo de comunidad y párroco.
Vicario de la Inspectoría IVO en el trienio 1994-97, a principios de los años 2000 asumió también diversas funciones en la Inspectoría INE, como Delegado para la Formación, para la Familia Salesiana y diversos grupos pertenecientes a ella o cercanos a ella (Exalumnos, Salesianos Cooperadores, Asociación María Auxiliadora y Asociación "Mamá Margarita").
Hacía tres años, había sido llamado por sus superiores para trabajar como párroco en la Basílica del Sacro Cuore de Roma, en la Sede Salesiana y, a pesar de las dificultades que surgieron pronto con la pandemia, se había instalado muy bien y había establecido muchas relaciones personales a todos los niveles, por las que era muy estimado y querido. En enero del año pasado, además, había guiado a la parroquia en la hermosa aventura de retransmitir las misas en directo tres veces al día desde la basílica, una experiencia de la que se había sentido muy satisfecho, porque, además de ser un valioso servicio para los fieles de toda Italia, había permitido testimoniar con delicadeza la espiritualidad salesiana a millones de personas.
Durante muchos años fue también el liturgista oficial de cada evento salesiano de cierta profundidad y significado (congresos nacionales, encuentros del Movimiento Juvenil Salesiano, eventos de la Familia Salesiana, etc.). Era muy apreciado por su capacidad de evocar, de hacer hablar a los símbolos, de proponer un lenguaje muy cercano a la sensibilidad de los jóvenes, a través de la poesía, la música, los silencios, y así 'conmover' a la asamblea. Por otra parte, sus publicaciones con la editorial salesiana Elledici (entre ellas, todavía en el mercado, Celebrar con cosas. Veinticuatro modelos de celebraciones) fueron, en efecto, ejemplos significativos de experiencias celebrativas a partir de símbolos nuevos o renovados: desde los tradicionales e insustituibles de la liturgia -pan, vino, agua...- a otros añadidos -espejo, semilla, piedra, jarra...- y utilizados también como medio de reflexión y diálogo con Dios y con los hombres.
También se recordará el compromiso del Padre Novella con el mundo de los preadolescentes, con la misma preocupación por encontrar, partiendo también de la tradición de la Iglesia, caminos para decirles palabras de vida: véase, por ejemplo, su libro: "Los Salmos, oración para los niños". Se trata de un texto que "traduce" cincuenta y ocho salmos al lenguaje de la vida de los niños, y acompaña cada texto con una reflexión introductoria y una oración final.
Abatido hace unos dos años por un tumor agresivo, el Padre Novella continuó su misión hasta el final con determinación y dedicación, y siguió también organizando y dirigiendo peregrinaciones a Tierra Santa y tras las huellas de San Pablo.
